Puebla cuenta con más de 120 mil docentes de educación preescolar, primaria, secundaria, media superior, superior y posgrado, quienes enfrentan el reto de reducir el rezago educativo que desencadenó regresar a los niveles de promedio escolar de hace 10 años.
José Sánchez Carbó, director del Departamento de Humanidades de la Universidad Iberoamericana Puebla; Rodolfo Cruz Vadillo, investigador de la Facultad de Educación de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep); así como Guadalupe Barajas Arroyo y Jorge Alejandro Fernández Pérez, académicos de la Facultad de Filosofía y Letras y del Instituto de Ciencias de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), coinciden en señalar que la educación tras el confinamiento no es la misma y ahora se enfrenta el reto de motivar a los estudiantes que se distraen con mayor facilidad.
De acuerdo con el análisis “La pandemia covid-19. Su impacto en lo educativo, ambiental y profesional”, coordinado por Guadalupe Barajas Arroyo y Jorge Alejandro Fernández Pérez, investigadores de la BUAP, la pandemia se tradujo en el reto más importante en un siglo porque impactado a todo el mundo y sacó a flote las desigualdades que permitieron observar que los modelos sociales, educativos, ambientales y profesionales no son los adecuados.
La pandemia establece retos del aprendizaje a distancia y presencial, el uso y aplicación de las herramientas virtuales didácticas y la necesidad de nuevas metodologías para el docente a partir de la nueva normalidad.
Ygnacio Martínez Laguna, vicerrector de Investigación y Estudios de Posgrado de la BUAP, destacó que la educación en el país fue afectada por la pandemia, ya que forzó a los estudiantes a modificar sus formas de estudio y aprendizaje.
La falta de referencias, planeación y antecedentes complicaron la situación y, en general, tres de cada cuatro estudiantes tuvieron alguna complicación para estar en contacto con los docentes.
Destacó que, en general, durante la pandemia, los estudiantes fueron los más afectados porque dejaron de recibir clases, se vieron en la necesidad de dejar las aulas o enfrentaron diferentes dificultades.
“Es necesario involucrar a un mayor número de áreas del conocimiento y disciplinas, con la finalidad de establecer una estrategia sistémica e integral, para entender lo que pasa en cada uno de los rincones y sus correspondientes sectores. De esta manera, estaremos en posibilidades de establecer las adecuaciones correspondientes y la forma de dar seguimiento a la formación de los estudiantes”, explicó.
Educación no será la misma: Ibero
José Sánchez Carbó, director del Departamento de Humanidades de la Universidad Iberoamericana Puebla, destacó que ya no se regresa a la misma escuela ni se cuenta con los mismos estudiantes tras el confinamiento obligado por la pandemia.
“El cúmulo de nuevos saberes, reflexiones y experiencias ha revolucionado la mente de los pedagogos, deseosos de regresar a las aulas e implementar otra forma de dar cátedra”, destacó.
Adriana Morales Flores, especialista en pedagogía por la Ibero Puebla, explicó que en zonas rurales se aprecia un desinterés por la escuela; además, los estudiantes se vieron obligados a dejar las aulas para apoyar económicamente a sus familias.
“Al final, el clima emocional es el principal factor que influye en el rendimiento académico. Quienes continúan con sus estudios cuentan con competencias como empatía, autoconocimiento, autonomía y colaboración. Por su parte, quienes suspendieron sus estudios presentaron carencias en competencias emocionales”, destacó.
Para la pedagoga, el contexto de los estudiantes transfiere emociones de miedo y temor, factores que se pueden contrarrestarse a través de experiencias educativas basadas en el liderazgo y el trabajo en equipo.
El rezago educativo se agudizó
Antes de la pandemia, en 2020, en Puebla el grado promedio de escolaridad de la población de 15 años y más de edad es de 9.2, lo que equivale a poco más de tercer año de educación secundaria.
Rodolfo Cruz Vadillo, investigador de la Facultad de Educación de la Upaep, comentó que con la pandemia, el promedio de escolaridad se reducirá dos años, es decir, se regresará a niveles que se tenían hace una década.
“Se perdieron como dos años donde, en promedio perdieron conocimientos y habilidades que en el futuro inmediato les va a impactar al momento incursionar en el sector productivo por la calidad de educación que hayan recibido”.
El rezago educativo por el que atraviesa el país se agudizó durante la pandemia que obligó a abandonar las aulas para implementar un modelo de educación a distancia, añadió.
“El rezago educativo en general ya venía tiempo atrás y que ahora se ha visto intensificado por la llegada de la pandemia de salud, que se ha manifestado, en mayor medida, en el nivel de secundaria y bachillerato; y, hasta cierto punto, en menor escala en la educación superior (…) Este rezago educativo ha ido aumentado por diferentes situaciones, por la propia desigualdad estructural y económica que se vive en el país”, apuntó.
El rezago no es sólo un asunto de la calidad de la enseñanza, de la calidad educativa, sino que es un asunto estructural, un problema político, un problema económico con diferentes aristas.
“Las complicaciones en el sector educativo aumentaron, los estudiantes abandonan los estudios o los padres de familia sacaron a sus hijos de las escuelas porque no alcanzan los recursos económicos para que sigan estudiando y en la mayoría de los casos, los hijos se ponen a trabajar. La pandemia si intensificó el rezago educativo, hay pérdidas significativas”, apuntó.
Con la desigualdad y los problemas económicos que se presentan en las familias, aumentan las posibilidades del rezago educativo, fenómeno que es más evidente en las familias que menos recursos tienen y en dónde será más complicado mejorar la calidad de vida.
Más de 400 docentes fallecidos: SNTE
En Puebla, más de 400 docentes perdieron la vida durante la pandemia de covid-19, la mayoría de los casos se presentaron durante 2020, es decir, antes de que llegaran las vacunas y a lo largo del año 2021.
Jaime García Roque, secretario general de la sección 51 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), explicó que tras dos años, el 25 de abril de este 2022 se regresó a la modalidad presencial en todas las escuelas y se dejaron atrás los esquemas de educación a distancia y la modalidad híbrida.
Señaló que, en el caso del gremio magisterial, la mayor parte de quienes perdieron la vida se encontraban en el nivel primaria; ante lo cual, las vacantes fueron cubiertas siguiendo las políticas implementadas por la Secretaría de Educación Pública (SEP).
“Muchísimos maestros se contagiaron y, afortunadamente, salieron adelante y los que no pudieron y perdieron la batalla. Ya se cubrieron las plazas por parte de la Secretaría de Educación, le llevamos un seguimiento de todos aquellos lugares donde había esa vacante, entonces se habló con el señor secretario y en los procesos se cubrieron esos espacios”, explicó.
Actualmente, 100 por ciento de los 30 mil profesores que forman parte de la sección 51 del SNTE ya regresaron a las clases presenciales, quienes en su mayoría cuentan con esquemas completos de vacunación y el refuerzo correspondiente.
“Para nosotros, el regreso presencial a las escuelas era necesario (…) Con las clases presenciales, vamos a recuperar lo perdido durante dos años. Poco a poco, en este sistema educativo poblano vamos a recuperar todo aquello que tuvimos que realizar durante dos años. Ante el día del maestro, quiero reconocer a los docentes, a los compañeros que siempre estuvieron comprometidos y con vocación de servicio. En la pandemia, implementaron diferentes estrategias, utilizaron sus equipos propios, sus dispositivos móviles propios para estar en contacto con los padres de familia. Se demostró que los docentes están comprometidos con su labor.
AFM