Clara, mejor conocida como doña Yola, es la dueña de los tradicionales elotes tatemados del Parque Raymundo que desde 1945 vienen deleitando el paladar de propios y extraños.
Ella a sus 83 años de vida sigue al frente del negocio y recuerda a su difunto marido, quien el año pasado para un domingo, “se fue”. Además, ella afirma que es “La Abuelita de Raymundo”.
Se percibe muy lúcida, fuerte y entusiasta, Yola como así la conocen, aunque su nombre verdadero es Clara González Barbosa, plática que con ese apodo es como más gente la conoce.
Su marido se llamaba Raymundo García Parras y murió en 2022 a los 87 años, pero ella ha continuado en camino y sigue firme en sostener el negocio de la familia.
Platica que viven desde hace 50 años en la colonia Francisco Villa de Lerdo “fue mi esposo quien de adolescente acompañaba a su papá, don Melchor García Tovar, a vender en este lugar los elotes, yo tenía 17 años cuando me casé con él y desde que nos unimos en matrimonio, continuamos firmes con la venta de elotes”.
Los originales elotes tatemados y cocidos que se encuentran en este lugar son los de ella, “antes había muchos eloteros, pero ya han muerto, ahorita quedamos pocos vendedores, pero nosotros somos los pioneros”.
“Tenemos toda la vida, yo soy 'La Abuelita de Raymundo' nosotros empezamos en lo que yo llamo el Raymundo Viejo, esta parte es la nueva, aquí estamos de desde 1945, incluso, la palapa original aún está donde mismo, yo la quiero mandar pintar y ponerle más carrizo, no la quiero destruir por lo que significa para mí, para todos, además ahí la gente se mete para disfrutar de la sombra”.
Son tres generaciones las que han estado presentes en este negocio familiar, “uno de ellos era mi esposo que murió el año pasado que se llamaba Raymundo, ahora mi hijo Raymundo García González es el que dirige y mi nieto Raymundo Garcia Salazar está ayudando además una nieta”.
Ella les ha inculcado amor a este trabajo, “yo les digo que le echen ganas, que no lo dejen, que si fijen bien y que le agarren amor, porque será de ellos, yo ya estoy grande y ya oigo pasos en la azotea, por mi edad, no sabe uno qué es lo que va a pasar”.
Su hija fue la que mandó hacer la lona donde vienen el nombre de ella como Yola y de Mundo, así le decían a su marido, “ahí viene la fecha, que fue desde 1945 estamos aquí y espero que ellos sigan una vez que yo me vaya”.
Preparan ricos elotes tatemados, a 35 pesos y los cocidos a 30, los cuales son una delicia acompañados de las salsas que ella prepara, “la casera que es muy picos y la que lleva limón, que a muchos encanta”.
EGO