La plaga de Huanglongbing (HLB) afectó la producción de mandarina en la región citrícola del norte de Veracruz, donde más del 50 por ciento de los árboles murieron.
Los pocos que permanecen en pie se volvieron improductivos, con frutos tan pequeños que resulta más costoso cortarlos que dejarlos caer.
Conocida como el Dragón Amarillo, esta plaga, que afecta la producción de cítricos, no ha sido combatida de manera efectiva. Aunque existen programas de apoyo para realizar fumigaciones, estos no llegan a los plantíos.
Como resultado, gran parte de la tangerina, o naranja china, que se utiliza en las posadas es importada o proviene de otras partes del país.
En Veracruz, la producción decayó más del 80 por ciento, informó Adrián Delón Marino, quien señaló que este año solo cosechó naranjas para consumo propio.
“La problemática número uno es la enfermedad del HLB, que ha devastado la citricultura. Antes, estos árboles eran vigorosos y frondosos, y mira en lo que se han convertido por las dos sequías fuertes de los años pasados, y la plaga”, explicó.
Delón Marino aseguró que no ha existido ningún interés por parte de las autoridades agropecuarias para combatir la plaga, ya que no reciben ningún tipo de apoyo.
“No queremos que nos den (dinero), pero sí que nos ayuden con la infraestructura para poder hacer las fumigaciones. Los programas existen, pero el dinero quién sabe dónde se va”, subrayó.
Además, señaló que la poca cosecha obtenida por algunos productores se paga a precios bajos: quieren comprarles las naranjas a siete pesos el kilo, mientras que en el mercado se venden entre 60 y 80 pesos el kilo.
El costo del corte también aumentó significativamente: hace tres años se pagaban 500 pesos por la cosecha, pero ahora el precio ha subido a dos mil pesos.
“Vamos a terminar tumbándolos, porque ya ves cómo estamos. No queremos tenerlos así, pero no nos da para mantenerlos”, expresó.
Por su parte, José Antonio Delón Huerta, también citricultor, indicó que la plaga del Dragón Amarillo ha causado una mortandad de árboles tremenda en las plantaciones de tangerina.
En algunos terrenos, se perdió entre el 40 y el 50 por ciento de los árboles, y los que sobrevivieron se volvieron improductivos, con frutos pequeños.
"Antes, de un naranjal se cosechaban entre 20 y 30 toneladas. Ahora, apenas salen cuatro o cinco toneladas, lo que ya no es redituable".
MO