Alfredo y Jesús Castañeda, principales integrantes de los ‘Hermanos Buzos Castañeda’, recibieron un merecido homenaje y reconocimiento a su labor de rescate que inició en el año 1982 y ya suman 39 consecutivos, pese a las adversidades y falta de apoyo económico por autoridad municipal y estatal.
La entrega del reconocimiento estuvo a cargo del senador Doctor José Ramón Enríquez y Francisco Villa Campa, nieto del jefe militar revolucionario José Doroteo Arango Arámbula, (Pancho Villa), quien funge como Presidente de una Asociación conformada por personas de Estados Unidos y que aportan ayuda a Duranguenses distinguidos, así como equipo para desempeñar la función como elementos de grupos de rescate.
Dichas personalidades avalaron el trabajo de los Hermanos Buzos Castañeda, quienes con su labor de rescate durante 39 años ya son reconocidos por su experiencia en los diferentes estados de la República Mexicana así como de Estados Unidos.
Presentes en sismo de 2017
Los laguneros recuerdan con orgullo cuando integrantes de los Buzos Castañeda, se unieron como voluntarios a las labores de rescate que tuvieron lugar en la ciudad de México durante el año 2017, para ser asignados en sectores donde se registraron fuertes sismos y otras entidades donde requerían de su amplia experiencia en toda clase de rescates.
En esa ocasión fueron cinco jóvenes, dos Técnicos en Urgencias Médicas y tres enfermeras, hicieron saber de la inquietud de enlistarse como voluntarios para apoyar a quienes resultaron heridos en los derrumbes de edificios y viviendas afectadas por los fuertes sismos.
Héroes en La Laguna
Alfredo recuerda el caso registrado el 23 de diciembre del año 1995 cuando en la ciudad de San Pedro, Coahuila, un niño de 3 años de edad cayó al cárcamo principal, donde pese a las bajas temperaturas ingresaron en el agua hasta localizar el cuerpo del pequeño.
Otro caso que se le vino a la mente fue el que ocurrió en el 2005, cuando un joven de 24 años de edad, se ahogó en la Presa Guadalupe Victoria de la ciudad de Durango, donde transcurrieron 7 días para localizar el cadáver y fueron Los Castañeda quienes lo encontraron a una profundidad de 25 metros, acciones donde también se contó con la colaboración de otros buzos de diferentes Estados.
Alfredo y Jesús Castañeda han pasado por toda clase de experiencias en lo que respecta a la búsqueda de cuerpos de personas ahogadas que va desde un niño hasta una persona de la tercera edad, que por alguna razón desafiaron las turbulentas aguas en canales, o fuerte corriente en los diferentes parajes del Río Nazas o en estanques y en las diferentes presas del estado de Durango.
En algunas ocasiones son ellos quienes tienen que costear el combustible, ante la falta de apoyo y aún con equipo ya obsoleto, su vocación de ayudar y servir se mantiene, y siempre listos para intervenir en los rescates donde se requiere de su labor y profesionalismo.
Extraña experiencia en el Cañón de Fernández
Recuerdan el extrañó suceso cuando se iluminó parte del cielo con colores fluorescentes, registrado a mediados del año 2006, lo que presenciaron en el Cañón de Fernández, municipio de Lerdo, Durango; horas después de haber localizado los cuerpos de dos hermanos que se ahogaron al desafiar las aguas del Río Nazas de dónde ya no lograron salir a flote.
"Serían las 08:00 de la noche cuando recibimos el llamado de auxilio donde nos manifestaron de la tragedia suscitada en lo que forma parte del Cañón de Fernández y con acceso por el sector de Graseros, Durango; lugar donde desaparecieron los hermanos que tenían su domicilio en la colonia Eduardo Guerra, de la ciudad de Torreón, Coahuila".
Dijeron que al llegar conocieron que los afectados acudieron al paraje del río para colocar lo que se conoce como "tumbo" o red que es colocada de lado al lado del río para atrapar peces y recogerlos ya por la mañana.
Uno de los jóvenes que apenas intentaba colocar parte de la enorme red, se enredó en la misma y cayó al río donde fue arrastrado por la corriente, de lo que se percató su hermano que desesperado se lanzó al cauce para tratar de apoyarlo, desapareciendo ambos en cuestión de segundos, según había informado un tercer paseante que presenció la doble tragedia.
Alfredo, rescatista de gran experiencia al igual que su hermano Jesús, agregaron que durante varias horas buscaron en el sector hasta localizar al primer cadáver y posteriormente al segundo que quedó atrapado entre arbustos y ramas al fondo del río.
Dicen recordar que aproximadamente a las 03:00 de la madrugada fue cuando el enorme Cañón de Fernández, se iluminó en su totalidad por un color intenso donde resaltaban hermosos colores y predominando el verde metálico, a la vez que se apreciaba dos estelas nubosas en el firmamento, de lo que indicaron que sin duda se trataba de un objeto volador no identificado que surcó los aires sin hacerse visible.
"Ya te imaginaras como nos vimos unos a otros de los que estaban presentes y el susto que vivimos por lo desconocido y temerosos de que algo pudiera pasarnos, mientras la luz que parecía ser de día fue disminuyendo poco a poco hasta volver todo a la obscuridad como se encontraba".
Alfredo recuerda que el grupo de agentes de las dependencias policíacas al igual que su hermano Jesús, se mostraron incrédulos a lo que había sucedido. Hecho extraño que aún les provoca escalofrió pese a que ya transcurrieron por lo menos 15 años.
aarp