Con trayecto aproximado a una hora desde la ciudad de Torreón, Coahuila, la hostil ubicación, requiere de una camioneta alta para sortearlo, localizado a un costado del ejido León Guzmán en Lerdo, Durango, los integrantes con más experiencia de Travesías Laguna conocen bien a que se atienen, trayendo lo necesario para una aventura de este calibre, más allá de las herramientas, su pasión por surcar los obstáculos más hostiles de la naturaleza.
Eran apenas las 4:30 horas cuando los integrantes del grupo senderista, Travesías Laguna, ya se encontraban por la carretera a Durango, hacía a la locación que les comprendía aquel sábado 10 de agosto, el objetivo: apreciar el amanecer desde la cima.
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Arribamos aproximadamente a las 5:20 al lugar, pesé al des tiempo que correspondía con el horario del alba, esto no bajo el ánimo de Jonathan, Eloy, Anel ni Ricardo, al contrario, realizaron un chequeo rápido de las herramientas recomendadas para este tipo de parajes.
"Botellas de agua, muchas, mientras más mejor. Uno o dos bastones de senderismo por persona, esto hace la diferencia entre estar bien posicionado y resbalar. Llevar barras de energía, esto puede reanimarte como no tienes idea. Traer celular y si es posible un power bank, por algún inconveniente. El senderismo es cuestión de paciencia, por ello siempre hay que mirar al rededor", aconsejó Eloy Reyes.
Los integrantes de Travesías Laguna comenzaron ascender a las 5:30 aproximadamente, los que cruzaron antes el paraje, dejaron ciertas flechas pintadas en rocas y un camino despejado, a modo de indicar a otros por donde iniciar y tomar el camino más noble para subir, no obstante, las lluvias y el tiempo han provocado que la flora lo borre y vuelva a sus orígenes salvajes.
Ascendiendo entre espinas y un trayecto inclinado
Inmediatamente, al iniciar el trayecto, tarde o temprano te percatarás que de pronto habrá cierto picor en algunas partes del cuerpo, especialmente en el área de las manos y las piernas, esto se debe que hay ciertas partes del camino en que debido a la inexperiencia es inevitable no tocar o rozar cierta flora como los cactus, por ende encajarse minúsculas espinas.
El senderista, Eloy Reyes explicó que entre los métodos para sacar las espinas pequeñas se encuentra utilizar cinta, lo adhesivo puede sacarlas, o así mismo recomienda llevar chicles, pues estos también sirven para la tarea. Explicó que si no sé realizan estás técnica estás saldrán naturalmente en unos 3 o 4 días.
Así mismo, conforme más se va subiendo a través del Cerro de la Ballena, más hostil se vuelve el camino, incluso a llegar a un punto en que será necesario utilizar técnicas para escalar, esto para evitar resbalar ante la grava o rocas inestables.
El amanecer nos agarró a medio recorrido
Eran ya aproximadamente las 6:30 cuando, algo agitados, y ante los maravillosos colores con los que pinta el alba al cielo, decidimos tomarnos un breve descanso para apreciar aquello que nos comprendía en el lugar, era el sol asomándose.
Si algo caracteriza a los integrantes de Travesías Laguna es su forma de apreciar la naturaleza, pues fue un momento emotivo y emocionante ver la emoción de como algo tan sencillo como la salida del sol podía despertar los sentimientos más especiales en ellos.
Evidentemente, no perdieron el tiempo y sacaron sus cámaras y celulares para retratarse, juntos o a modo de selfie, aprovechando el increíble fondo, que sucede a diario mientras muchos duermen.
Al llegar a la cima
El último tramo antes de llegar a la cima, es el más hostil de todo el recorrido, pues no está muy marcado el camino, de modo que tuvimos que improvisar, y utilizar técnicas para escalar, no obstante es esa emoción por vencer y ser uno más de los que pudo apreciar la punta del Cerro de la Ballena lo que recarga constantemente de energía.
Evidentemente, una de las retribuciones de escalar un cerro, siempre será la vista que solamente aquellos dispuestos y capaces de observar podrán apreciar, pues a diferencia de observarlo en una fotografía, lo asombroso es el momento.
Fue aproximadamente a las 7:30 cuando al fin alcanzamos la cima, siendo afortunados, pues aquella mañana estaba nublada, de modo que el sol no era molesto, sino que solamente lanzaba breves pinceladas que pintaban de un cálido anaranjado alrededor y enternecían al latente frío que envolvía mañana.
Respecto a la cima, es un sitio con suelo plano, es decir, ya en la parte más alta el piso es horizontal y ya no tan hostil de transitar, en lo alto se puede apreciar una cruz de aproximadamente 5 metros de altura, y a su costado una estatua de San Judas Tadeo, el cual se encuentra quebrado, quizá por algún accidente o la inclemencia del tiempo. Otro de los elementos a destacar de la cima, sería sin duda la espectacular vista repleta de verde, pues se alcanzan a ver ejidos como La Goma y León Guzmán, entre otros, además de los diferentes sembradíos aledaños.
No obstante, fue ahí, en la punta, pese al cansancio, dónde tuvo lugar infinidad de emociones, como la risa y el buen ambiente, y así mismo quedamos estupefactos e incluso reflexivos, apreciando el esplendor y la belleza que la naturaleza a veces aguarda para aquellos en algunos rincones de este vasto mundo, en este caso, en el Cerro de la Ballena, en Lerdo, Durango.
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