La identidad de Durango nació con el alacrán en la época de la conquista, debido a la gran cantidad que había, en comparación con loa habitantes.
Javier Guerrero, cronista de Durando, relata que a finales del siglo XIX, se realizaron los registros de matanza de alacranes, pues entre 70 y 80 mil al año, eran pagados por el Ayuntamiento.
Dijo que por el crecimiento del Estado, se generaron mitos, incluso de alacranes voladores que ahuyentaron a gente de la ciudad.
Sin embargo, en la década de los 60's, se comenzó con el encapsulamiento de los alacranes, pues fueron llevados a Estados Unidos donde trabajaban en las plantaciones, lo que se convirtió en una artesanía que actualmente, son de las más vendidas, incluso, hasta en relojes.
En lo que respecta a la gastronomía, el alacrán no fue considerado como parte de los alimentos tradicionales, ni en las botellas de mezcal, como lo son ahora, pues durante siglos se ha temido y eliminado.