En 1948, Fermín Robles Parra, creo las primeras nieves de garrafa en la ciudad de Durango, esto luego de que se acabara el trabajo de las minas en la capital.
Un negocio que cuenta con más de 75 años de tradición en la ciudad, y que fue fundado por tres amigos, encabezado por don Fermín. Su hijo, José Robles relató los inicios de este refrescante negocio de helados.
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De manera improvisada se instalaron en un modesto estacionamiento sobre la calle Florida, en el Centro Histórico, para elaborar las nieves, pero por tradición instalaron el triciclo a las afueras del templo de San Agustín, de ahí que adoptó el nombre de este patrono.
Famosas por su elaboración, el señor José explicó que es la tercera generación dedicada al negocio familiar, que poco a poco cobró popularidad, pues no solo se trata de la nieve, sino que va acompaña de galleta y miel.
Sus ventas durante esta temporada de calor, han incrementado en un 400 por ciento, de ahí que aseguró que las personas ya no requieren de invitación para llegar por su nieve, pues además reciben a los paisanos, quienes demoran décadas en volver a degustar este postre.
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