La devoción del santo Cristo Señor de Mapimí, Durango, es sorprendente y se remonta al 6 de agosto de 1715, cuando un jueves santo los españoles del Real de Mapimí, realizaban una procesión cargando la imagen y sufrieron el ataque de los tobosos y cocoyomes; en la refriega murieron poco más de 100 españoles y cerca de 300 criollos, contando niños y mujeres.
Esta tradición duranguense la han adoptado estados vecinos, por lo que los devotos acuden a visitarlo para reafirmar su fe. En entrevista para MILENIO, el padre Alberto Frausto Rodríguez, de la diócesis de Gómez Palacio y párroco de la parroquia San Antonio de Padua en Cuencamé, habló de la historia de este cristo milagroso venerado por muchos.
El párroco comentó que, “todo parte de la imagen del Señor de Mapimí, que antiguamente estaba en la parroquia de Santo Santiago Apóstol en el mismo pueblo, dado que en 1715, un jueves santo, hubo una revuelta de los indígenas, quienes destruyeron y quemaron el pueblo, y para resguardar la imagen algunas personas la llevaron a Jimulco y ahí la dejaron".
Explicó que de Jimulco iba una indígena a mostrar su respeto, su amor y veneración a la imagen, es cuando los padres de la misión de San Antonio en Cuencamé, deciden llevarlo a esta comunidad en procesión en unas mulas, justo el 6 de agosto de 1715, por lo que se cumplen 307 años del arribo del Señor de Mapimí a Cuencamé.
El padre Alberto apuntó que, “fieles de todas las edades, lo visitan de muchas partes, ya que la devoción del Señor de Mapimí cruza fronteras, es visitado por fieles de la diócesis de Durango y de las diócesis vecinas como Torreón, pero incluso vienen de otros estados de la Unión Americana”.
Platicó el sacerdote que otra de las tradiciones de estas fiestas, tiene su origen en Jimulco y se trata de armar carretas para ir en procesión, “parten del Cañón de Jimulco de Juan Eugenio y algunos poblados cercanos como Las Ventanas, Jalisco, Zaragoza y San José, van a Cuencamé a honrar al Señor de Mapimí en estas carretas, atravesando el Cañón”.
Aunque la imagen original se encuentra en Cuencamé, existe una réplica del Señor de Mapimí en Jimulco, donde lo veneran los días 26, 27 y 28 de agosto, y en este tiempo los peregrinos de Cuencamé van a mostrarle también sus respetos.
La tradición de estas fiestas es extensa, ya que comienzan desde el 4 de agosto, una vez que llegan los peregrinos en sus carretas, se desciende la imagen, bajan al cristo de la cruz y se queda tendido hasta el 7 de agosto, que es cuando se hace el ascenso de la imagen a su retablo y cada media hora le cambian el sendal.
Hasta el momento no existe un dato de quién elaboró la imagen del Señor de Mapimí, pero se cree que fue traída de Europa. El padre comentó que, “está hecha de madera, de lino, alguna fibra de maíz y su imagen impresionantemente se mantiene intacta, aunque con algunos retoques. Para los festejos de este 2022, se realizará el novenario, que empezó el 28 de julio y concluirá con la fiesta el 6 de agosto, donde habrá además bailes, coronación de las reinas, actividades culturales, teatro del pueblo y más".
Cristo monumental
La administración de la presidenta de Mapimí, Marisol Peña Rodríguez, cerrará con broche de oro su gestión, con un proyecto turístico cultural que fortalecerá la derrama económica y el empleo en la comu nidad, al inaugurar el próximo 17 de agosto el Cristo Monumental del Señor de Mapimí, el cual lo fortalecerá como Pueblo Mágico, así lo dio a conocer la edil en entrevista exclusiva para MILENIO.
Marisol Peña Rodríguez comentó que, “este proyecto se tenía contemplado desde principios de la administración, me da mucho gusto poder cerrar con este interesante proyecto turístico, es un cristo monumental que va a medir 18 metros de altura y que va a pesar 12 toneladas, es fabricado con acero al carbón y con acabados de pintura horneada, la simple zapata de este cristo, pesa 160 toneladas, es un cristo que es parte del origen de Mapimí”.
Este cristo se ubicará a la entrada de Mapimí, justo en el cerro en donde se celebra cada año el tradicional Viacrucis, en Semana Santa. La alcaldesa señaló que, “ahí es donde se colocará el cristo del Señor de Mapimí y también ahí quedarán las bases de las tres cruces para Semana Santa”. Este proyecto tiene una inversión de más de 5 millones de pesos, es un tema de fe, tradición e historia, por lo que la alcaldesa asegura que respeta la fe de todos. Marisol Peña dijo que, “hay que agradecer a Dios la oportunidad que nos da de vida, respetando las creencias de todos”.
La empresa que ganó para encargarse de la elaboración del Señor de Mapimí es cien por ciento lagunera, se llama Redentor y se ubica en Gómez Palacio.
EGO