En la esquina de Miguel Hidalgo y Francisco I. Madero, en el corazón de la ciudad, se coloca con sus mesitas de jugos y frutas picadas, "La Jefa", así es como le nombran a doña María Guadalupe Mayorga Aguayo, quien desde hace 30 años se instala en este lugar para ofrecer una opción más saludable de alimentos.
Al mediodía del martes, en lugar de la señora María Guadalupe, estaba su hijo Javier García Mayorga, quien acude a ayudar en las ventas cuando es necesario, como en esta ocasión, debido a una decaída en el estado de salud, y por lo cual tuvo que reemplazarla por algunas horas.
Javier García, dice que en el transcurso de tres décadas, él también se ha ganado un sobrenombre, y lo llaman “El Chico Fresa”, pero explica que su apodo, no es porque “sea muy estirado”, sino porque también se dedica a la venta de fresas, y en sus tradicionales canastas, camina por las diferentes calles del centro de la ciudad, ofreciendo el producto.
Aunque uno de los propósitos más comunes entre los adultos al inicio del año, es adquirir una disciplina alimentaria ya sea para bajar de pesos o por la salud, estas promesas, no se reflejan en las ventas, informó “El chico fresa”
“Aquí en Lerdo, con las nuevas administraciones que hay, en realidad no hay dinero, porque la situación está muy dura”, expresó.
Y aunque mucha gente se quiere poner a dieta a partir de enero, la realidad, es que el mes donde más se incrementan las ventas de sus vasitos de frutas y jugos es diciembre, como en la mayoría de los negocios, esto debido a que la gente trae más circulante. “Ya ahorita en enero, está más fregado”.
La señora María Guadalupe, junto con su esposo, vive en “La Viña”, y llega a su lugar de venta desde las 8:00 de la mañana y se regresa entre las 7:00 a 8:00 de la noche, lo que gana de las ventas, apenas le ayuda para sostenerse al día y surtirse de la fruta para continuar con el negocio.
Al inicio del 2020, los precios de sus frutas en los diferentes tamaños no han aumentado “tengo vaso de jugo de diez pesos, jugo de quince pesos, vasito de fruta de diez, quince”, dice Javier García, quien desde que tenía entre 6 o 7 años se dedica al comercio y actualmente una hija continúa con sus pasos, pues vende elotes en un carrito ubicado en el Parque Victoria, “Se llaman 'Elotes Lerdo', “No son los más famosos, pero si lo más sabrosos”, expresó.
Aunque reconoce que en enero, las ventas van a la baja, y se resiente la “cuesta de enero”, no tienen otra opción que seguir trabajando y adelante para “sacar pa´ la gorda”. Al puesto de frutas que maneja su madre, lo nombró “El Chipilon” porque dice que en este lugar se achipila a los clientes que llegan diariamente, ya sea conocido, o quien acude por primera vez a comprarles su fruta picada.