Unas 70 cabras, incluidos cabritos en gestación, murieron en seis ataques en diferentes comunidades rurales del municipio de Lerdo, por lo que se presume una jauría de perros hambrientos
Roberto Carlos Calderón Gamboa, director de Prevención Social en este municipio, sostuvo que los ataques se presentaron de lunes a domingo de la semana pasada y afectó a unos seis establos, que por su condición precaria de instalación, no existe una protección adecuada.
Hizo ver que este fenómeno se dio durante la semana pasada en la comunidad de San Jacinto, cuyos ataques son a los corrales que se tienen en algunos puntos con hatos de cabras que van desde cinco a 10 cada uno, algunas de ellas en etapa de gestación y que estaban a punto de parir a sus cabritos.
Ataques afectan economía de familias
El funcionario expuso que esto representa además del asombro y alerta que se está generando en este perímetro de la zona rural, una afectación a su economía, ya que estaban a punto de comercializar las crías y es en sí el patrimonio del cual depende la economía de sus familias.
Agregó que estos ataques se han registrado además en las comunidades de 21 de Marzo y Sapioriz, siendo el más reciente en San Jacinto el pasado domingo, donde se ha venido haciendo un trabajo conjunto entre las direcciones de Prevención Social con Desarrollo Rural, ya que se trata de perros que andan en el monte y son difíciles de rastrear.
“Estamos buscando estrategias de cómo atenderemos el caso, incluso con los propietarios de estos pequeños hatos de cabras porque han venido padeciendo este problema desde la semana pasada y amenaza con extenderse”, dijo Calderón Gamboa.
En este último ataque, dijo que fueron a seis chivas, cada una cargada ya con cría a punto de parir en diez a quince días, por lo que se está considerando que cada una tenía dos cabritos cada una, por lo que se está contabilizando un total de 18 animales muertos.
Buscan reforzar corrales
Dijo que una alternativa inmediata de prevención de estos ataques pudiera ser el reforzamiento de sus corrales, ya que en su mayoría están hechos de quitoes, ramas viejas y tablas todo en forma artesanal, por lo que son fácil de burlar por los perros que andan en la jauría y por ellos los ataques.
Por último dejó en claro que las lesiones encontradas en los animales corresponden a perros, no a ningún otro tipo de animal, por lo que llamó a la población a mantenerse alerta, a fijar más vigilancia en sus corrales y reforzarlos con el apoyo de materiales más sólidos.
EGO