A sus 24 años, Miriam Alanís, ha puesto el ejemplo a la sociedad de que mujeres y hombres deben ser tratados por igual. Ella trabaja en una vulcanizadora en Durango para sacar adelante a su familia.
Desde hace más de 4 años Mariam Alanís comenzó a trabajar en un desponchadora en la ciudad de Durango, en apoyo a su tío quien es el propietario del lugar. Al principio se encargaba de las cuentas y lo administrativo sin embargo, poco tiempo después pidió a su tío le mostrara cómo realizar esta labor que en una primera instancia es practicada exclusivamente por hombres.
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Esto le sirvió para poder perder el miedo de su labor, ya que de lo bien que haga su trabajo depende la seguridad del automovilista pues retira, parcha y colocan de nuevo la llanta en su lugar para poder repararla.
Dijo estar satisfecha y orgullosa de una de las pocas mujeres que se dedica a esta labor.
Por su parte, Juan Reza, propietario del lugar, es el responsable de que haya aprendido este oficio.
"Ella, fue quien se acercó, yo tengo muchos años dedicándome a esto y no vi problema en que aprendiera un nuevo trabajo, así que solita se enseñó y ahorita ya cambia las llantas sola".
De ella depende un pequeño niño, quien pese a su corta edad ya reconoce la labor de su mamá y de quien se siente orgullosa.
A su vez, invitó a las mujeres a no perder la oportunidad de aprender y no depender de terceros.
"Yo les digo a todas las mujeres que no dejen de luchar por sus sueños y que a pesar de las circunstancias hagan lo que la gente cree que es imposible para uno".
"También que no se dejen maltratar por alguien que dice ayudarlas o darles dinero para su familia, ustedes pueden solas".
aarp