La fundación del Panteón Municipal de Lerdo, se remonta a 1872 con la creación del cementerio en el Rancho de Santa Margarita de Alcoque, el cual se ubicaba donde actualmente está el Cerro de la Cruz y se conocía como Panteón Santa Margarita.
Después de varios años, al elevarse a Villa Lerdo de Tejada en 1865, y con la finalidad de definir los límites, se adquieren los terrenos al poniente de la ciudad con una dimensión de dos kilómetros para destinarlos al nuevo cementerio.
La fecha oficial del Panteón Municipal es 1879 y en un inicio estaba dividido en dos áreas, el ala izquierda destinada para las familias apoderadas del momento y el ala derecha para el sector más humilde.
En la historia de Lerdo se han reconocido muchos personajes tanto de la política así como del sector empresarial, religioso, y social y entre los más reconocidos que están enterrados en el Panteón Municipal se encuentran:
Catarino Navarro Urías
Fue el primer Jefe Político de la Villa de Lerdo de Tejada. La historia cuenta que durante la visita del Presidente Benito Juárez, Navarro Urías representó a un grupo de vecinos para solicitar la elevación al rango de Villa a la localidad, y fue el 8 de septiembre de 1864 cuando Juárez decretó la elevación con el nombre a Villa Lerdo de Tejada.
Al primer gobierno de Catarino Urías se le reconocen diferentes obras, entre las que destacan el primer piso del Palacio Municipal, el trazo de la Nueva Villa, la construcción del primer piso de la casa consistorial, la iglesia Sagrado Corazón de Jesús, la Plaza de Armas y el kiosco, así como el Parque Victoria y la Plazuela Juárez.
Su tumba se ubica en el ala izquierda del Panteón Municipal, pegada a la barda y en estado de abandono.
Coronel Jesús Díaz Couder 1883-1944
De acuerdo a su nieta, María Gertrudis Díaz Couder, el coronel está enterrado en una cripta familiar localizada a unos cuantos metros del camino central del acceso de la parte izquierda.
Fue coronel en los tiempos de Francisco Villa e inclusive llegó a ser gobernador interino de Durango en 1914.
Herculano Sarabia
Conforme al cronista oficial de Lerdo, José Jesús Vargas Garza, el tío de Francisco Sarabia, Herculano Sarabia, fue un gran luchador social, así como también testigo de la visita de Benito Juárez.
En su tumba se lee: “El Sr. Don Herculano Sarabia, el 21 de marzo de 1920, RIP”. Lo interesante de su lápida, es que está decorada con un ancla de cantera, que semeja una cruz.
Enriqueta Crabtree de Gómez (4 de octubre de 1918)
La importancia de Crabtree de Gómez surge después de su fallecimiento, lo cual convirtió al Panteón Municipal de Lerdo, en uno de los lugares más atractivos para los enamorados.
En su tumba, se encontraba la escultura de mármol hoy reconocida como “El Ángel del Amor”, la cual representa un ángel abrazando una cruz con su mirada hacia al cielo”, y desde 1920 hasta 1994 estuvo en su lápida. Durante ese tiempo las jóvenes solteras acudían debido a que se creía que cumplía el deseo de encontrar a la pareja deseada.
La escultura se removió al exterior de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús hasta donde hoy en día se encuentra, debido al daño recibido por los visitantes.
La más antigua
Entre las tumbas más antiguas que se encuentran en este cementerio es la de Valentín Bustamante Hernando, en cuya cripta señala 1843-1892.
El Panteón Municipal de Lerdo, al ser uno de los más antiguos de La Laguna, guarda importantes historias en su interior, llenas de misterio como el túnel que hasta el momento se desconoce a dónde conduce, solamente existe la hipótesis de tener un recorrido hasta la Hacienda San Fernando y el Palacio Municipal.
En este cementerio también descansan los restos de importantes empresarios y reconocidos personajes relacionados con el crecimiento de lo que hoy es Lerdo.
Panteón de Oriente en la ciudad de Durango
El Panteón de Oriente en la ciudad de Durango se establece en 1860 bajo las leyes de un gobierno civil; los cementerios en el pasado se ubicaban cercanos a los templos, dice el historiador Alonso Barrios.
Explicó que con las nuevas leyes, Ruperto Aragón fue el primer inquilino en 1861. Los sectores del camposanto, como se encuentra en estos momentos, es por clases sociales. Y se nota en la forma en las que están dispuesta.
“Del acceso principal hacía la izquierda, tendríamos una clase adinerada. Así la parte derecha es una clase social media creciente y el tercer cuadro son sepulturas que tendrías que refrendarse cada siete años, de lo contrario la sepultura se trasladaba a la fosa común”.
En la rotonda de los hombres ilustres, al centro del panteón se encuentran personajes importantes de la vida de Durango. Los hermanos Arrieta que fueron de las piezas claves en la Revolución Mexicana; Francisca Escárcega, fundadora de la Escuela Normal de Durango.
José Ignacio Gallegos Caballero, historiador y que fuera conocido como “Patito”. También Atanasio Saravia, autor de Apuntes para la historia para la Nueva Vizcaya, y que escribió sobre los procesos históricos durante el porfiriato.
Leyendas
Por lo que respecta a las leyendas de los panteones locales, Alonso Barrios comparte que Manuel Lozoya Cigarroa, ex cronista de la ciudad de Durango, platicaba con Jesús de la Torre, el anterior administrador del Panteón de Oriente, y con los veladores también.
“Le llegó a contar situaciones de la vida cotidiana, que nosotros diríamos, las leyendas son los chismes de la historia, porque no hay ningún sustento histórico que pueda respaldarlo, pero sin embargo a la gente le gusta”.
Un hombre de apellido Loaiza que resucitó de la capilla ardiente, es de los pocos relatos que de verdad cuentan un testimonio, investigado por el historiador Miguel Vallebueno, incluso de un familiar.
“Se estimó su fallecimiento por la gripe española, y parece que estuvieran muertos. Lo traen a la capilla, por el frío, se levanta y se brinca la barda, y se va a su casa. Eso sí fue verdad y está documentado”.
CALE