Los accesos del Parque Estatal Cañón de Fernández en Lerdo, fueron cerrados y con ello se impidió la entrada de paseantes que intentaron ingresar y fueron replegados a la presa Francisco Zarco, debido a la labor de coordinación interinstitucional que se aplicó para evitar la invasión de esta Área Natural Protegida.
Lo anterior fue dado a conocer por el encargado de la administración del Área Natural Protegida Osvaldo Martínez Méndez, quien sostuvo que en ese esfuerzo se contó con la participación de brigadas voluntarias de diversas dependencias estatales como municipales a fin de conformar un ejército de vigilantes para impedir el acceso al cañón.
En estos grupos de brigadas participaron la Comisión Nacional Forestal, la Dirección de Ecología y Medio Ambiente tanto de Gómez Palacio como de Lerdo, Seguridad Pública, Protección Civil, Tránsito y Vialidad, Secretaría de Recursos Naturales y Medio Ambiente, Grupos de Excursionismo, prestadores de servicios turísticos y de la Facultad de Biología de la Universidad Juárez del Estado de Durango, así como del Instituto Tecnológico Superior de Lerdo.
“Hubo gente que pese a ver que los accesos al Cañón estaban cerrados, le sacaron las vuelta e intentaron llegar por los parajes que hay cercanos a los túneles de la presa Francisco Zarco “Las Tórtolas”, de ahí que fueron descubiertos y replegados a través del diálogo haciendo ver que el acceso al parque estaba cerrado por disposiciones oficiales”, dijo.
Hizo ver que mucha de la gente confunde los parajes que ya son del Área Natural Protegida Cañón de Fernández, con los que corresponden a la parte de la presa, por lo que se les hizo mención de que se concentraran en las áreas aledañas a los túneles, ya que eso todavía sí estaba permitido, pero no aguas abajo que es donde se localiza el cañón.
Explicó el funcionario que se instalaron filtros en cada uno de los accesos con el personal que se conformó en estas brigadas y lo mismo se instalaron noche y día en los puntos por donde más frecuentemente ingresan los visitantes, que son Santa Anita y el otro es Nuevo Graseros a la altura de un restaurante.
Incluso destacó que hubo momentos de enojo de los visitantes al argumentar que se les había cobrado a la entrada al pueblo de Nuevo Graseros y lo entendían como el acceso a todos los parajes aledaños, a lo que se les tuvo que aclarar que eran cosas distintas, ya que el Cañón de Fernández es un Área Natural Protegida donde existe un Plan de Manejo que todos deben respetar.
Por último, el administrador del Parque Estatal destacó que afortunadamente no hubo mayores incidentes de cuidado y la gente entendió el respeto al área, por lo que reconoció y agradeció la disposición del personal que participó en estas brigadas de vigilancia voluntaria para proteger el Cañón de Fernández.
AARP