El escenario es desolador, el espejo del agua donde se ubica el embarcadero de la presa Francisco Zarco, más conocida como 'Las Tórtolas' en Lerdo, Durango, ha bajado 60 metros respecto a los niveles que normalmente se tienen a estas fechas en otros años anteriores.
Las marcas, como las heridas, son imborrables y se exhiben ahí, en las orillas del vaso como en la estructura de concreto de las compuertas, para recordarnos la bonanza y lo que se perdió.
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La falta de lluvias ha dificultado la recuperación de su vaso, al mostrar en la estadística de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) un almacenamiento de 87.2 millones de metros cúbicos, equivalente a un 28 por ciento de su capacidad, siendo uno de los más bajos de la última década y son los pescadores quienes más lo han resentido, cuando la pesca se ha reducido hasta un 10 por ciento, pasando de 30 kilos que normalmente capturan, a escasos 5 a 7 kilogramos diarios que apenas les da para comer y cubrir algo de gasolina en sus lanchas.
Un presa construida en 1968
Con 55 años de vida, la presa Francisco Zarco fue construida en 1968 sobre lo que fue el antiguo pueblo de Graseros, en el municipio de Lerdo, cuya población actual no llega a los mil habitantes y su economía se mueve alrededor de esta obra hidráulica que tuvo como objetivo regular las grandes avenidas del río Nazas para evitar inundaciones, pero que al tiempo dio vida a otras actividades relacionadas con la agricultura, pero además al turismo y prestación de servicios a los que concurren visitantes de esta zona como foráneos.
Sin embargo, la sequía que azota a otras regiones del país donde sus presas se están secando, no es ajena a La Laguna, pues el vaso de esta presa ha empezado a reducirse y ello ha complicado las cosas para todos, pues ven en riesgo su única fuente de ingresos.
Los pescadores aseguran que los peces al tener poca agua se van al centro y hasta el fondo del vaso, lo que al haber arbolado del viejo pueblo sumergido, hace difícil el acceder con sus redes. Frente a esa limitante, algunos han optado por irse a buscar trabajo a la ciudad de Lerdo y emplearse como albañiles.
Francisco Martínez García, pescador con 24 años de experiencia
Nativo de Graseros y quien nació tres años antes de que se construyera la presa, Francisco Martínez señala que las cosas se han complicado desde hace algunos meses para acá, pues al haber poca agua el pescado se concentra en la parte de la corriente original del río y se desplaza hasta las compuertas de la presa para irse aguas abajo. De pescar hasta 25 a 30 kilos diarios, ahora apenas si acaso llega a los 3 o 5 kilos a lo mucho.
“De aquí he sobrevivido, siempre hemos salido adelante, pero ahorita todos los 38 pescadores nos las estamos viendo negras, porque es poco el pescado que sacamos y en algunos casos hay aquellos que mejor se han ido de albañiles a buscar mejor suerte a la ciudad de Lerdo”, añade.
De hecho asegura que esto afecta también a los compradores, ya que cuando hay buena pesca uno va y se los lleva, pero cuando hay poco ellos tienen que venir para garantizar su compra y cubrir sus demandas, dijo.
Pancho, como le conocen, sostiene la importancia de que el gobierno estatal o municipal vaya diseñando alguna estrategia para ayudarlos a solventar esta crisis que ha llegado a sus familias, cuando hay gastos por cubrir y pocos ingresos para pagar, donde bien podrían comenzar con un programa de despensas.
Angel Villegas Vargas, pescador
Acompañado de su mujer, Angel se prepara para subirse a su lancha a las 10:30 de la mañana y adentrarse hasta el tercer vaso de la presa para con un poco de suerte y paciencia poder obtener algo de pesca.
“Ya está muy seco el jale. Apenas sacamos de 5 a 6 kilitos nada más, de unos 20 kilos que sacaba regularmente en esta época en periodos pasados, por lo que estamos en crisis, ya que apenas sacamos unos 200 pesitos que tenemos que repartir entre comer, gasolina y medio litro de aceite de motor”, agregó.
Dijo que esta escasez de agua afecta por igual a todos los 38 pescadores que integran la cooperativa y ve a futuro no lejano que se pueda presentar acá un panorama de desastre como el que se está viendo ya en otros estados del país donde aparecen en televisión presas vacías.
Admite que como cooperativa ellos han platicado del tema y ven esa amenaza cuando el nivel de almacenamiento es el más bajo de la última década y más que baja con la operación del Plan Agua Saludable al punto de ir reduciendo hasta un metro diario la escala de niveles, pues la presa está muy azolvada.
“Ya andamos buscando trabajo por otro lado, pues con esta poca agua ya no cabemos con las redes, son ocho por pescador y la orilla está llena de redes cuando el charco (lago) está cada vez más chico”, expresó.
Monico Gallegos con 40 años de pescador
Es la 1:30 de la tarde. Se alcanza a distinguir a lo lejos una línea, como la estela que dejan los aviones en los cielos, aquí una que rompe el agua del primer vaso de la presa 'Las Tórtolas', es la lancha de Mónico Gallegos, que llega acompañado de sus dos hijos y un nieto luego de la jornada de pesca.
Agotado, sudoroso y hastiado no por cansancio sino porque no hay buena pesca, Mónico expresa que esta temporada no la habían vivido en muchos años y todo por el bajo nivel del agua en el almacenamiento.
“Estábamos acostumbrados a pescar en la orilla del monte, de los cerros, pero debido a esta merma de agua, podemos decir que también nosotros estamos en sequía, ya que si no hay agua, no se mueve el pes para la orilla”, dijo.
Explica que la presa en su parte baja está llena de palos, en referencia a los árboles secos ya sea sabinos como álamos que eran del pueblo que quedó sumergido con la construcción de la presa, lo que dificulta el poder entrar a pescar debido a que no pueden echar las redes y es ahí donde se esconden los peces.
Dijo que él en lo personal en una temporada buena llega a pescar hasta 80 kilogramos por día, pero ahora escasamente llega a los 10 o 15 kilos, lo que equivale a un 20 por ciento, ya que no hubo lluvias el año pasado y ahora lo están resintiendo.
Bajas aportaciones en seis años
De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua, la crisis que se presenta en el sistema de presas regionales, que incluyen la Lázaro Cárdenas “El Palmito” y Francisco Zarco “Las Tórtolas”, es derivado principalmente a las bajas aportaciones registradas en los últimos seis años, que han estado por debajo de los mil millones de metros cúbicos anuales, lo que ha derivado en un estatus crítico.
Eduardo Aaron Fuentes Silva, director general del Organismo de Cuencas Centrales del Norte, refiere que la presa Lázaro Cárdenas, que se localiza en la cuenca alta del río Nazas y capta los escurrimientos de los ríos Ramos y Sextín, al día de hoy cuenta con un volumen de agua de 1,425.442 millones de metros cúbicos, que representa 48.20% de su llenado.
Como antecedente, detalla que para la misma fecha del año anterior, esa misma presa contaba con un volumen de agua de 2,386.293 millones de metros cúbicos, que representaba 80.68% de su llenado.
Por lo que hace a la Francisco Zarco, que se localiza en la cuenca media de la misma corriente, que almacena el agua que aportan los ríos San Juanero, Naitcha, Peñón Blanco y Cuencamé, el funcionario citó que al día de hoy tiene un volumen de agua de 87.283 millones de metros cúbicos, que representa 28.23% de su llenado.
Según los registros, para la misma fecha de 2023, tenía un volumen de agua de 246.962 millones de metros cúbicos, que representaba 79.86% de su llenado.
“Es relevante comentar, que la diferencia tan marcada entre el almacenamiento actual y el del año anterior, se debe principalmente a que en los últimos 6 años la aportación anual en la cuenca alta del río Nazas, principal aportadora de agua, ha estado por debajo de los mil millones de metros cúbicos, alcanzando valores críticos hasta de 384 millones de metros cúbicos en 2023”, añade Fuentes Silva.
No omito comentar, dijo, que la baja de precipitación y escorrentía en la cuenca del río Nazas, al igual que en otras cuencas del centro y norte del país, está acentuando gradualmente la sequía en esta región, situación que se muestra en el reporte del 15 de febrero de 2024 del Monitor de Sequía de México, donde algunos municipios de la cuenca alta del río Nazas presentan sequía excepcional.
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