El párroco de la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, Luis Martín Lugo Cervantes, refirió que la ausencia de feligreses a las actividades religiosas de Semana Santa son producto de la inercia de las nuevas generaciones y su incidencia en sus familias, al optar más por la relajación que por la reflexión.
Citó que ciertamente a comparación de años anteriores, en que las actividades comenzaron a abrirse post pandemia del covid 19, ahora fue menor la población que acudió a participar de los Víacrucis que se llevaron a cabo en las tres ciudades principales de la zona metropolitana, esto de acuerdo a lo vertido en redes sociales.
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“Consideramos que las generaciones van pasando, se vive un cambio de época en el que la cuestión religiosa, hablando del catolicismo y del cristianismo, ha dejado de ser una realidad fundamental en la vida de los seres humanos y en estos días Santos contemplamos que disminuyó la feligresía, dado que las generaciones nuevas toman estos días, toman estos tiempos como de relajación, en lugar de reflexión”, dijo.
Refirió que en ese mismo sentido, estas generaciones motivan al resto de sus familias a tomar los días Santos al esparcimiento y no al recogimiento, como anteriormente se infundía en los hogares, lo que a la postre genera una descomposición en la forma de considerar estas actividades religiosas.
"Pudiera llamarse además como la generación de la ‘huida’ pues frente a las responsabilidades, como a los compromisos en este contexto, lo más fácil para ellos es huir”, sostuvo.
Incluso refirió que algunos piensan que se está volviendo al aspecto religioso del ser humano, pero en un aspecto más pagano que cristiano, por lo que el compromiso que tienen los sacerdotes, obispos y verdaderos creyentes, es que tienen que manifestar la fe y esta tiene que ser confesional, pues opinó que existe el riesgo que muchos de ellos, con tal de entablar un dialogo con la cultura y el contexto social actual, renuncien al evangelio y eso no es correcto.
La otra alternativa, dijo el párroco de la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, es que frente a este fenómeno se obliga a la misma iglesia a buscar una nueva estructura o a una reestructura para llevar a cabo una adecuada pastoral, donde quizá los ritos de piedad que se utilizaban para despertar la evangelización han dejado de tener ese efecto y la gente sólo concurre como forma de espectáculo, como obra teatral, dejando atrás su significado.
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