Sin ceremonia oficial, ni los grandes eventos que se daban antaño en cada apertura de las compuertas y con ello un período de esperanza para los agricultores, este martes dio formal comienzo al Plan de Riegos del Ciclo Agrícola 2022.
Atrás quedaron aquellos eventos en que se contaba con la presencia incluso del secretario de Agricultura del gobierno federal en turno, de gobernadores de Durango y Coahuila, de funcionarios de dependencias vinculadas, así como de diputados y alcaldes de los 10 municipios beneficiados con el agua de las presas para la irrigación de las parcelas agrícolas.
Hoy no hubo nada de eso. Desapareció el glamour político que se daba cada año pues con este evento se alentaba los buenos deseos de tener un buen año de siembras y cosechas. Hoy la región se ve amenazada por una sequía recurrente que lleva ya tres años al hilo, sin registrar las precipitaciones necesarias para la recuperación óptima de su sistema de presas, pues las lluvias reportadas en agosto pasado fueron insuficientes, en tanto que la ganadería se sigue viendo amenazada por la mortandad en 50 mil vaquillas.
Las compuertas de la presa reguladora de Francisco Zarco se abrieron el lunes 14 y el agua llegó por la noche de ese mismo día a Lerdo. El aforo de extracción es de 100 metros cúbicos por segundo para atender el plan de riegos de pre siembra o aniego, según reporta la Comisión Nacional del Agua y para este período se habrán de disponer de 225 millones de metros cúbicos de los 900 millones de metros cúbicos autorizados para todo el año.
El agua llegó a la represa de San Fernando en Lerdo y a partir de ahí comenzó la liberación por los canales de riego Principal Sacramento y Santa Rosa-Tlahualilo, con las cuales se estima irrigar una superficie de 53 mil hectáreas destinadas a diferentes cultivos, sobresaliendo los forrajes en sorgo y maíz, así como algodón y perennes.
aarp