Los hermanos Olalde, provenientes de Lázaro Cárdenas, Michoacán, arribaron a la ciudad de Gómez Palacio para vivir uno de los momentos que marcarían su vida por completo al presenciar el eclipse total de sol desde la región lagunera, un fenómeno que no pudieron disfrutar en el año de 1991 debido a los mitos que había en ese entonces.
En familia, desde las instalaciones del Museo Acertijo, Julia Angélica y Pablo compartieron que se prepararon desde hace un año con sus equipos para que no les faltara ni un detalle y pudieran disfrutar de lleno el eclipse, además, ofrecieron sus dos telescopios para que los asistentes vieran más de cerca el fenómeno.
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“Recuerdo que mi papá no nos dejó ir a la Ciudad de México a ver a nuestra abuela porque sería el eclipse, pero ahora sí nos preparamos ahora que estábamos más cerca y para nada lo dejaríamos pasar”, comentó Julia. “De hecho mi papá nos dijo, si se van con su abuela seguro verán. Ahora hay más información y lentes bastante accesibles”, añadió Pablo.
Julia comentó que no permitiría que su hija se lo perdiera
Julia, quien es geóloga de profesión, compartió que no permitiría que su hija se perdiera uno de los fenómenos naturales más impresionantes del universo, por lo que la mantuvo a su lado para vivir de manera plena y consciente todo el proceso, como le hubiera gustado presenciar el eclipse de inicios del 91, que solo lo vió a través de la sombra de un árbol.
“En el 91 eran vacaciones y había ciertas restricciones, precisamente se decía que podíamos quedarnos ciegos si lo veíamos o que pasaba algo. Recuerdo que en Lázaro Cárdenas se vio parcial y que para verlo fui a la tienda como pretexto y pude ver en las sombras de los árboles una forma de luna y lo que grabé que salió en la tele”, expresó.
“Quise cortar el círculo y me traje a mi hija porque no quería que se perdiera esto o que tuviera el recuerdo que su mamá no la dejó ver un eclipse. Soy geóloga y difusora de la ciencia, por lo que no podría dejarle pasar esa experiencia”.
La especialista michoacana aseguró que manejaron de Monterrey hacia La Laguna y pudieron instalarse con el apoyo del Grupo Astronómico de Gómez Palacio. Consiguieron los filtros y lentes para sus equipos y los pusieron a disposición de los asistentes, incluso uno de los telescopios tenía el método indirecto y reflejaba el eclipse en 10 centímetros cuadrados.
Los hermanos coincidieron en que fue un suceso hermoso, además añadieron que tenían la opción de llegar a Torreón, sin embargo, en Gómez Palacio la totalidad tendría una duración nueve segundos más que en la ciudad vecina.
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