El caso de la desaparición de Edna Xóchitl López González cumple 30 años. Fue el 26 agosto de 1991 por la noche cuando un hombre se la llevó de las cercanías de su casa en la colonia Ampliación Lázaro Cárdenas y nada más se supo de ella.
La menor de 8 años jugaba en las inmediaciones de las vías del tren junto con su hermano y dos vecinos más cuando la raptaron. Desde ese día, sus padres Reyna Xóchitl González y Heriberto López mantuvieron la búsqueda.
Las primeras horas grupos de vecinos peinaron las colonias Ampliación Lázaro Cárdenas y La Dalia para dar con su paradero. Días después incluso hubo recorridos en avioneta para buscar desde otra perspectiva.
El caso fue documentado por La Opinión desde los primeros días y recogió el testimonio de ambos padres. La búsqueda de la menor traspasó fronteras, pues viajaron al sur de Estados Unidos para ubicarla.
Reyna Xóchitl incluso solicitó el apoyo del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, quien visitó La Laguna en septiembre de 1991. Eso lo comprometió a enviar agentes de la INTERPOL para investigar la desaparición. Sin embargo, la menor no apareció.
Sus padres interpusieron una queja ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) meses más tarde por irregularidades en las investigaciones que emprendieron las autoridades locales.
El 20 de agosto de 1992, seis días antes del primer año de su ausencia, el organismo emitió una recomendación en la que fue documentada una mala integración de la averiguación previa y le solicitó al entonces gobernador Eliseo Mendoza Berrueto nombrar a un fiscal especial para el caso, lo cual ocurrió, pero tampoco trajo resultados.
La imagen de Edna permaneció vigente por meses en los periódicos locales. A diario había una fotografía en alguna de las páginas de La Opinión que servía como pesquisa.
Una labor de búsqueda trascendental
Edén López Gónzalez, hermano de Edna, destaca que sigue teniendo fe en que la volverá a ver y resalta la labor de sus padres para encontrarla no nada más a ella, sino a otros menores que en la década de los noventa desaparecieron.
“Se mantiene vigente la esperanza e ilusión de seguir adelante. Tienes que parar porque somos seres humanos y merecemos tener una vida. A mis padres los vimos desgastarse hasta los últimos días de su vida y ellos padecieron enfermedades y factores derivados después de toda esta angustia, tristeza y depresión de no saber nada de mi hermana”.
Sobre la trascendencia del trabajo de Reyna Xóchitl González y Heriberto López, Edén recuerda que con el apoyo del abogado José Guadalupe López Domínguez y junto a otras personas, promovieron la creación de la Fundación Pro-Localización de Niños Desaparecidos Asociación Civil con sede en Torreón.
La organización estuvo vigente durante la década de los noventa y logró visibilizar los casos ante los medios de comunicación de la Comarca Lagunera y extranjeros, según registros de La Opinión. Gracias a ello, adaptaciones de los casos de desaparición de menores como Edna Xóchitl tuvieron espacio en programas como Mujer, casos de la vida real.
Otro aporte relevante de la organización fue que sirvió como referente para el nacimiento de fundaciones similares en otros estados del país y generó alianzas con autoridades norteamericanas.
“La verdad es que sí hubo muchos casos resueltos y hubo apoyo a las personas que en primera instancia no sabían qué hacer al momento de poner una denuncia en una situación de esas. Te puedo decir que todos somos susceptibles a pasar algo así”, remarca Edén.
Indicó que hace esta recapitulación del caso a tres décadas para que la sociedad lagunera sepa cómo le puede cambiar la vida a una familia una desaparición, además de reconocer a las personas que no cesan para encontrarlas.
“A 30 años hacemos una remembranza de toda la situación que puede englobar el hecho de que te quiten a un miembro de la familia, ver cómo perecen tus padres en la labor incansable de buscarla y hacerle ver a la gente que también salimos adelante”.
Dice que recién se reencontró con Silvia Ortiz, representante del Grupo de Víctimas por Nuestros Desaparecidos en Acción (VIDA), quien le ayudó para darle seguimiento al caso de su hermana.
“Reunirme con ella fue algo muy grato, ya nos conocíamos y habíamos buscado juntos a nuestros seres queridos. Me da todo el respaldo y ahora ya formo parte del grupo”.
Gracias a este nuevo contacto, Edén pudo actualizar la imagen de Edna y difundir cómo se vería en la actualidad. La adaptación estuvo a cargo de la agrupación ‘Missing Angels Org’, de Florida, Estados Unidos.
CALE