Por un momento se suspenden los bolos en el aire. Las miradas de los conductores y pasajeros atentas a los artistas del malabar que solamente tienen 60 segundos para impresionar a la audiencia en el semáforo. Son parte del colectivo 'Durango en equilibro'. Un grupo de cinco malabaristas que pretende cambiar la idea de los malabaristas.
Erick Sidón, integrante de 'Durango en Equilibrio' dijo que lo que se busca es dignificar el arte callejero y hacer del cualquier semáforo un escenario para cautivar a los espectadores.
- Te recomendamos Dany Orsan, más que pasteles, toda una empresaria lagunera Estilo
“El escenario del semáforo para mí es uno de los escenarios más difíciles, porque tiene 60 segundos para atrapar al público y la verdad es que son muy poquitos segundos, y pues es trabajar. El primer reto es la entrada, pues es cuando debes llamar la atención para que todos te vean, porque si no, ya sacaron su celular y se acabó esa chispa."
Libia Nevárez dio a conocer que los malabares y el arte callejero podrían ser una buena oportunidad para los niños y desarrollar la motricidad junto a la contracción.
La reacción de los niños como un motor
“El malabar ayuda en los dos hemisferios, ayuda a la agilidad a aprender descubrir partes de tu cuerpo que no conocías. Creo que es lo fantástico del circo, las posibilidades que te puede dar a tu cuerpo y explorar”.
Alonso Contreras, integrante de Durango en equilibrio, dijo que la reacción de los niños y de los conductores es el aliciente. Y ahora, ya después de 8 años en el argot, el ser contratados para bodas y quinceañeras.
Dijo que es entrañable en algunos casos la respuesta de la gente, incluso que le han regalado aguacates y frutas. En otras ocasiones tarjetas de navidad con un billete dentro. Y es parte de lo que lo mantiene dedicándose al malabar, porque a pesar que hay temporadas altas y bajas, alcanza para subsistir.
Sgg