Desde hace tres año, el Centro de Integración Juvenil, detectó un incremento en el consumo de cristal entre los adolescentes y jóvenes. Luego de ubicarse en el cuarto lugar de las sustancias ilegales de mayor consumo, actualmente ocupa el segundo, solamente por debajo de la marihuana.
Hasta septiembre del 2019, el padrón de usuarios del CIJ Laguna de Durango, lo conforman alrededor de 300 personas, de las cuales el 60 por ciento, oscilan entre los 11 a los 19 años, y de este total el 35 por ciento, es adicto al cristal, mientras que el 72 por ciento a la mariguana.
Patricia Ruvalcaba Torres, directora del Centro resalta la preocupación por el aumento en la preferencia de esta sustancia sintética, una de las más adictivas y destructivas que existen.
EFECTOS DEL CRISTAL
Mencionó que el cristal es una droga totalmente sintética, estimulante del sistema nervioso central que contiene una cantidad de diferentes clase de químicos como raticidas, o líquidos para limpieza de baños, sustancia que una persona en sus cinco sentidos no la consumiría en esa presentación, sin embargo, en la mayoría de las ocasiones desconocen el origen.
“Trae tanto químico, tanto mugrero, que por eso las condiciones en las que se ven y caen las personas usuarias de esta sustancia es terrible. Tú invitas a una persona que conoces y la ves posterior a que inicia el consumo, su cambio es radical físicamente, pues se demacran, como si les adelgazara la cara y tienden a perder mucho peso” expresó Patricia Ruvalcaba.
El acceso al cristal, actualmente es muy fácil y es una de las drogas más adictivas, “hay gente que a los pocos consumos, ya se volvió adicta a la sustancia”, sin embargo depende de cada organismo y otros factores.
Entre los efectos más preocupantes del Cristal, es que conduce a cuadros psiquiátricos y las personas que lo consumen, con mucha facilidad tienen alucinaciones, “se despierta la parte de la celotipia, en donde ellos ubican que la persona con la que están, ya sea la pareja, la familia los está traicionando, cuando no es así, porque se transforma su realidad, trae consecuencias en salud mental”, enfatizó.
Para la directora del CIJ Laguna Durango, con el paso del tiempo, aparecerán cada vez más drogas sintéticas en el mercado. Sin embargo, lo peligroso, es que cada vez son más adolescentes y jóvenes que tienden a consumir este tipo de sustancias.
Recordó que hace diez a siete años, había consumidores de cristal, pero eran esporádicos, y principalmente adultos, pero desde hace tres años a la fecha, en el Centro de Integración Juvenil, detectaron que los pacientes adolescentes que empezaron a llegar, ya no solamente tenían consumo de alcohol, marihuana, diazepinas, o inhalables, sino que también estaban consumiendo cristal, lo cual fue causa de alerata.
“Es tan adictiva que es muy fácil que los consumidores se líen en situaciones delictivas, por la misma situación de querer conseguir el cristal”.
De acuerdo a las experiencias de los casos que llegan al CIJ, en la mayoría son “los amigos” quienes empiezan reglando la sustancia, posteriormente y una vez que les generan la adicción, buscan las formas de conseguir dinero para comprarla.
A los padres de familia recomendó tener mayor acercamiento con los hijos, conocer a las personas con quienes se juntan, saber a dónde van y sobre todo, llamó a no asustarse en caso de detectar esta conducta, sino mejorar la relación, para brindarles los mejores consejos.
Recordó que los tiempos actuales, no son los mismos que vivieron los padres cuando era jóvenes, por eso es necesario que reconozcan y acepten que en algún momento, a sus hijos les ofrecerán una droga. Independientemente del estrato socioeconómico al que pertenezcan.
“Y hasta parece de adrede, porque la sustancia se la van a ofertar, lo van a hacer cuando más lo necesitan, en los momentos de mayor vulnerabilidad, y esos son los momentos en que más fácilmente pueden aceptar el consumo”.
Factores como las rupturas amorosas, la pérdida de un familiar, y todo lo relacionado con situaciones emocionales negativas, orillas al inicio en el consumo de drogas. Por eso llamó a los padres de familia a reconocer lo que está pasando, mejorar las relaciones afectivas con los hijos, y fortalecerlos para una mejora en la toma de decisiones.