Conocer el comportamiento animal, las constelaciones para ubicarse en la Sierra Madre Occidental, adentrarse en ella para captar las fotografías de las especies endémicas de Durango es la pasión de Juan Nava.
El periodista ha publicado libros y guías de animales en Durango. Pero incluso lo ha hecho es las condiciones más adversas, por una enfermedad que lo tuvo postrado cuatro años en silla de rueda. Aún así, logró una de las placas más entrañables, una loba defendiendo a sus crías.
“En esa foto, yo estoy semienterrado. Es una loba alfa. Ella me huele pero no me puede ver. Me huele, porque los humanos olemos horrible para los lobos. Y a un kilómetro te están oliendo. Ella sabe que estoy ahí y se siente impotente, porque atrás de ella están sus crías, hay dos lobeznos. Ella los está protegiendo y me hace un baile, que viene y que va. Se para y aúlla. La cola la tiene entres las patas y los cuatros los dobla. El cogote inflado y el aullido corto. Es un animal que está defendiendo algo. Y yo me arriesgo porque estoy a 100 metros, 70 metros, enterrado entre hojas, pero se viene encima no la libro. Porque en esa época, 2002, no podía caminar muy bien porque me atacó una enfermedad que me dejó en silla de ruedas cuatro años”.
Pero Nava habla que para una fotografía hay que esperan las condiciones, y si no crearlas. Por las estrellas se ubica en el terreno para caminar ciento de kilómetros en los territorios más inhóspitos de Durango.
Nava dice que el 21 de septiembre cambia estación y comienza la búsqueda de animales porque algunas especies se aparean.
“La fotografía la preparo a partir de octubre, me permite, por ejemplo, guiarme por donde puede salir el sol a través de los barrancos profundos. Porque a los animales tienes que buscarlos en los barrancos. En Las Quebradas, porque normalmente se refugian para buscar agua y protección. Rara vez, suben a las mesas, y cuando suben van a los sembradíos de los campesinos, o están muy poco tiempo”.
En diciembre ya están listos los parajes para fotografiar a los mamíferos, pero las mejores fotografías se dan en el mes de febrero y marzo.
“No hay comida, los animales andan desesperados, los animales aparecen con más frecuencia. Tienen cierto pelaje, los venados ya tienen las inclemencias del sol, se les quema la piel, se ennegrece. Y para la latitud de Durango: enero, febrero y abril son los mejores meses para retratar fauna”.
CALE