El escritor Alejandro Figueroa llega a la librería y busca, además de los libros, dos de sus pasiones, es decir, la música y el cine, pues en la Librería Otelo aún venden DVD’s, CD’s y hasta cassettes, lo que le permite crear una conexión con el pasado y la historia.
Entre los libros, Figueroa apuntó que estos espacios permiten acceder a los recuerdos al realizar un ejercicio de memoria, pues desde la compra de monedas y antigüedades que se complementan con los libros en ediciones peculiares, la actividad en las tiendas de usado permite, por un momento, viajar al pasado.
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“Para mí es toda una experiencia porque es un lugar de hallazgos, es un lugar de tesoros donde se puede rescatar la atmósfera sin igual de tocar un libro, a diferencia de los medios digitales donde todo es muy fugaz. Ya con el libro en la mano, para los que somos coleccionistas de rarezas o del formato que de pronto desaparece, a mí por ejemplo me encantan los libros pero al mismo tiempo películas y todo lo que viene siendo el formato físico, no sólo por coleccionar, sino por todo lo que se ha ido perdiendo”:
De esta forma, los objetos adquieren un nuevo significado y valor y este tiene que ver con la memoria personal e intransferible, es decir, sobre las lecturas que se hicieron en el pasado cuando, apuntó el escritor, se vivió una infancia feliz a través de la literatura, la música y el séptimo arte.
“Sobre todo de aquello, de lo que guardamos muchos recuerdos con gusto. Tal película o libro nos trae remembranzas del pasado; para mí el pasado no es algo que no existe, convive con nosotros, no nada más como lo trillado de los recuerdos sino que hay que rescatar todo lo que nos hacía felices porque siento que se generan hasta endorfinas cuando haces cosas que se olvidaron por el qué dirán.
“El pasado convive con nosotros y una librería como esta es emblemática, muy bien cuidada y uno se puede pasar horas aquí y sé que hay muchas personas que pueden pensar como yo”.
Alejandro Figueroa comentó que mucho de lo que ha escrito sobre crítica social o incluso de frases coloquiales ha sido influido por la literatura, la música y el cine. En el último caso de películas que se rescatan para hacer tributo o remembranza al reencontrarse.
“Aparte de esta librería me gusta mucho ir a bazares. Hay una tienda frente a la Plaza Mayor que se llama tienda de antigüedades y ahí encuentro libros de vinyl o compactos, aunque no muchos libros, pero es una conjunción de objetos que me recuerdan mi época de estudiante.
“De hecho, traigo en mi monedero, como objetos de tipo de la suerte, algunas monedas: con esta de diez pesos yo compraba en primaria dos molletes y un refresco. Traigo una de 200 y está de cinco pesos, me la daban el domingo. Las tarjetas, libros y juguetes también están en estas tiendas”.
DAED