Con el paso de los años, la celebración católica del 28 de diciembre, Día de los Santos Inocentes, se fue modificando hasta llegar a ser lo que hoy en día se conoce, fecha en que se acostumbra a realizar bromas.
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Ante esto, el vicario parroquial del Sagrado Corazón de Jesús en Ciudad Lerdo, José Refugio Ochoa González, invitó a no perder de vista el origen de esta celebración y continuar en el contexto de la celebración Navideña.
El Día de los Santos Inocentes es una tradición muy antigua y se considera que fue de las primeras que acompañaron a la iglesia católica en torno a la celebración de la Navidad, como se plasma en los evangelios.
El 28 de diciembre, para los católicos, se considera el día en recordar a los inocentes, menores de dos años que murieron en Belén por órdenes del Rey Herodes “El Grande”, con la intención de desaparecer la presencia en esta tierra de Jesús, el Hijo de Dios.
Pero desde muchos años atrás, la fecha se ha desvirtuado por la exageración, pues aunque se habla que fueron miles de niños asesinados, análisis de historiadores, coinciden en que por las características de Belén en ese tiempo, un pueblo pequeño, con pocos habitantes, la mayor cantidad de niños menores de dos años que pudieron haber en ese entonces, era de veinte.
Dijo que las bromas acostumbradas para el 28 de diciembre, surgen “como el teléfono descompuesto”, pues la historia se ha ido encargando de distorsionar el sentido de la celebración y que se centra en recordar el martirio de estos santos inocentes que murieron por Jesús.
“Pero claro está, que en el paso de la historia, la inocencia ha sido entendida de muy diversas manera y ahora un inocente es aquella persona que precisamente por ser de esta característica, puedes jugar , o puedes hacer lo que sea, desvirtuando totalmente el significado original”, expresó.
Para el sacerdote las bromas han cambiado y actualmente son más pesadas y en lo que buscan es agredir, e ir en contra de la dignidad de las personas. No duda que este día, a través de las redes sociales, se multipliquen este tipo de acciones, colaborando más a la distorsión de esta conmemoración.
El llamado de la iglesia, es a vivir la fiesta como se debe, y principalmente no perder el espíritu Navideño, pues recordó que estos días continúa la iglesia en este contexto, “procurar que el día conserve la bondad, en la mayoría de las posibilidades”