La sequía de los últimos meses ha provocado graves afectaciones a diversas zonas del país, incluso las presas han sido una de ellas, por ejemplo, la Presa Malpaso o Nezahualcóyotl en Chiapas, que es la séptima más grande del país y que actualmente se encuentra al 29 por ciento de su capacidad, pues el vaso del embalse luce seco, lo que ha dado paso a un espectáculo arqueológico.
La sequía provocó que, después de 20 años, la iglesia de Santiago, en el antiguo pueblo de Quechula, municipio de Tecpatán, emergiera en todo su esplendor. Esta es la segunda vez que ocurre, tras haber quedado sumergida en 1964, tras la construcción de la presa, y este año nos muestra el pasado histórico de la región.
Roberto Ramos Maza, presidente de la Asociación Civil Bicentenario de Chiapas, relata a MILENIO que algunos edificios históricos, como el templo de Quechula, estaban situados en una de las principales vías de comunicación, en este caso, el río era el puente y la comunicación entre la Costa del Golfo y el Centro de la entidad.
"El templo de Santiago de Quechula, es uno de los mayores monumentos de la evangelización en Chiapas, es una dependencia del exconvento dominico de Tecpatán y si podemos verlo en términos generales, la provincia de los Zoques que es donde se encuentra Quechula, los Frailes hicieron muchos esfuerzos por construir templos majestuosos, el cual nos habla que seguramente en época prehispánica había pueblos populosos con una cierta prosperidad", explica.
Este conjunto de edificios dominicos incluyendo el de Quechula, son monumentos únicos en el país, y su gran importancia, no solo es histórica sino también estética, pues en algún momento de la historia varios de estos templos estuvieron en la lista la UNESCO para ser considerados patrimonio de la humanidad, pero desafortunadamente eso no prosperó.
Son apenas seis las personas originarias del Viejo Quechula quienes sobreviven, entre ellas doña Rosario Hernández Hernández, ella detalla que cuando sus abuelos llegaron al pueblo, la iglesia ya estaba construida, incluso tenía unos cuartos de lo que pudo ser, mientras que en la periferia se encontraban algunas viviendas.
"Y mis primeros abuelos, ellos sí nos contaban que lo habían visto la ruina mera entera, todo el techo de arriba, pero mero en un abrir y cerrar de ojos dicen que ya no amaneció, que cayó todo lo de arriba y ya ahora con el agua que ya se está ablandando es que ya se está derrumbando, pero en realidad Quechula era muy bonito, bonito era Quechula, por eso cuando ya nos avisaron que ya desocupáramos, sí nos dio tristeza, sentimiento, porque que más le íbamos hacer, más que cargar todos nuestros tiliches, dijera uno", expone.
Los historiadores aseguran que, a pesar de haber estado bajo el agua durante 59 años, aún se puede observar el lugar con sus tres arcos y la pared izquierda soportada por los contrafuertes de esta construcción dominica, sus paredes fueron construidas con ladrillo y piedra bola.
Miguel García Aguilera habitante del nuevo Quechula, comenta que el templo con ornamentos de cantera mide 61 metros de largo por 10 de altura y era la sede del patrono Santiago Apóstol, pero hoy también es posible observar algunos cimientos de piedra de construcciones antiguas.
"Así como lo ven ustedes todo esto que tiene mucho, todo lo que es la plaza pues ya está con sus muritos, esa es una plaza y el otro que ya ustedes ven, el muro que hay, son las casas, que todavía hay muros muy buenos, en buenas condiciones, a pesar de que ha estado mucho tiempo abajo del agua", apunta.
Fue en 2009 y 2015 cuando la iglesia de Quechula quedó parcialmente visible debido al descenso de las aguas del embalse, lo que permitió el acceso al turismo a través de lanchas, sin embargo, este año las altas temperaturas dejaron completamente seca a la basílica, permitiendo entrar a pie a los visitantes, como Guillermo Ríos visitante de la capital chiapaneca.
"Pues realmente es imaginarme cómo estuvo cuando fue su creación, el impacto que tuvo la corona española con el pueblo mexicano en la conquista y que sigue en pie un vestigio que estuvo sumergido en el agua tanto tiempo es bastante especial y ver casi todo el suelo es caracol y almejas entonces se dimensiona qué tiempo estuvo bajo las aguas y eso la hace más especial, muy atractivo", puntualiza.
Los pobladores observan con mucha nostalgia a una de las iglesias más importantes del sureste mexicano, un lugar que resguarda historia, fe y misticismo, sin saber cuándo volverán a ver el templo de Santiago en todo su esplendor.
MO