Héctor Delgadillo nació en San Pedro, Coahuila, los campos de La Laguna han sido siempre su hogar, sin embargo, a finales de los 90's se mudó a Monterrey en busca de nuevas oportunidades.
Sin lograr sus propósitos, retornó a la Comarca Lagunera y hace doce años compró cuatro chivitas recién nacidas que comenzó a pastorear por los campos de ejidos cercanos al municipio sampetrino, ahora tiene 70 cabras y la leche que obtiene la comercializa a empresas lácteas como Chilchota.
De acuerdo a la Unión Ganadera de Caprinocultores Coahuila - Durango, en la región hay una producción de leche de cabra de 40 millones de litros anuales y un hato ganadero de 250 mil vientres, siendo la Comarca Lagunera el primer lugar a nivel nacional en el sector caprino.
“Yo viví varios años en Monterrey probando suerte también con cabritas y dar sustento económico a la familia, pero preferí vender la casa y regresar, es que allá no hay las suficientes cabras como las hay en La Laguna, allá nunca se acaba el pasto pero no hay chivas, le dije a mi señora que había que vender la casa poder comprar chivas, pero así como he comprado así se me han muerto chivas”, explicó.
Estando bajo la sombra de un gran mezquite en el ejido El Áncora, se ve acercarse la silueta de Héctor Delgadillo, casi se pierde en medio del gran hato de cabras y cabritos que lo rodea levantando una densa capa de tierra, con gritos, silbidos va guiando:
“Yo las cuido, nací aquí, pero nos fuimos a Monterrey y duramos 20 años allá, pero pues llegó el momento en que me aburrí”.
“Shhhhh… muévete”, les gritaba y suavemente con una pequeña piedra, alerta a aquellas cabras que brincaban intentando introducirse a una pequeña propiedad enrejada para que retomen el camino.
“A nosotros nos alivianaba el gobierno con el Progran, pero ahora dicen que ya no nos dará este apoyo”.
Aunque los ingresos varían dependiendo de la cantidad de leche que logre obtener, Delgadillo vende la leche a la empresa Chilchota, aunque menciona que sí se cotiza muy barata la leche.
“Dicen que ese presidente que entró, iba a llegar a 10 pesos, si es así, sí nos alivianámos".
Explicó que hay ocasiones en que logra obtener 500 pesos, pero a veces llegan a los 300 o 400 pesos.
“Nosotros le decimos el chorro, cuando hay qué coman los animales, hay ocasiones en que dan dos litros, otras dan un litro, otros medio, otras el chorro y así se va llenando las tinas”.
Refirió el caso de otro pastor que tiene 20 chivas y obtiene 25 litros, son buenas y además, “cuando son poquitas llenan más que cuando son muchas, por eso está canijo, la chiva así como te da también te quita”.
El sampetrino aseguró que aún y que les vaya bien, hay ocasiones en que se les tiene que comprar pastura:
“No le saca uno a las chivas, pero en un ahijadero si sale ( Operación que consiste en hacer que las hembras del ganado adopten hijos de otros animales o reconozcan a los propios) y este año no, este año vendía un cabrito cada tercer día. Y el año pasado sí, el cabritero hasta 12, 16, 15, y ahora este año ya no”, lamentó.
Según explica, el cabritero es la persona que tiene como trabajo o que se dedica a vender y comercializar carne de cabrito, cría de la cabra que no ha llegado al primer año de edad, asimismo es la que ornamentaba y adobaba la piel de cualquier animal caprino como el cordero.
Con la falta de apoyos y la escaza lluvia que ha caído en la región, ha derivado en una baja en el alimento para sus animales, Héctor Delgadillo no desfallece.