Para los campesinos del ejido Bajío de Ahuichila, una comunidad ubicada en la zona semidesértica de Viesca, Coahuila, la recolección de candelilla representaba una de las principales actividades que, además de la siembra de maíz, sorgo forrajero y la explotación de la leña y el carbón de mezquite pero en menor medida, les dejaba un ingreso extra a su precaria economía, pero lamentablemente desde hace 2 años aproximadamente, ya nadie acude a comprar el cerote (o la cera de candelilla).
Además, la sequía presente en este 2019 los mantienen preocupados dado que afectará a su actividad agrícola el próximo año, que es cuando establecen sus cultivos, pero es probable que no tengan agua para dicha siembra que inician en el mes de diciembre de cada año, con la preparación de la tierra y para lo cual, necesitan el recurso hidráulico.
Los campesinos de este ejido, comprende algunas comunidades rurales de Coahuila y otros de Zacatecas, por la falta de compradores, pararon la extracción de la cera, de la planta natural denominada candelilla.
Durante años, los campesinos del ejido Bajío de Ahuichila (que tiene una población de 150 habitantes aproximadamente), aprovechaban una vasta zona candelillera en la serranía de esa área de la región de Ahuichila.
Los agricultores de esta región pobre de Viesca, encontraban “la salvación” en esta actividad, pues con las ganancias mejoraban un poco sus duras condiciones de vida, sin embargo, la situación cambió de repente para ellos, ya que la demanda de la cera acabó inexplicablemente. Desconocen qué sucedió. La falta de compradores en los 2 últimos años, ha sumido en la pobreza extrema a los agricultores de este pueblo, al igual de ser una zona que durante mucho tiempo, ha sido ignorada por los gobiernos.
Ahora ellos conocen perfectamente el dolor infligido porque la cera ya no es requerida y esta crisis económica, sumada al problema que les generará la sequía al menos que llueva intensamente en las semanas siguientes y a inicio de 2020, ha generado desolación, frustración y hasta cierta angustia a la gente de Bajío de Ahuichila, ubicado a unos 40 kilómetros del municipio de Viesca, casi en el límite con el estado de Zacatecas.
Mientras esperan que la situación cambie, la lucha de estos campesinos se centra en la supervivencia, pues algunos han optado por la explotación de la leña y el carbón de mezquite, aunque lamentablemente el esfuerzo y trabajo que eso representa, al igual que la actividad de la candelilla, no se refleja en una buena utilidad para ellos.
MUCHO TRABAJO Y POCO INGRESO
Lázaro Delgado, comisariado ejidal de Bajío de Ahuichila, explica que los hombres de esta región siempre se han dedicado a extraer esa planta silvestre del cerro, la cual acarreaban en burros hasta un lugar que ya tienen predestinado para cocerla dentro de una paila (la cual actualmente está sin uso porque no hay compradores) y obtener el cerote o cera de candelilla.
Aunque desconoce exactamente para qué la usan, dijo que venían de Gómez Palacio, de Satillo y de Monterrey a comprarla y al parecer, luego la comercializaban a los Estados Unidos de Norteamérica.
Revela que no iban seguido a comprar, porque es poca la producción que ellos sacaban debido a que el método que usaban era bastante rudimentario, el día que iban a la zona candelillera (generalmente dos o tres días por semana) se traían alrededor de 300 kilogramos cada grupo.
Aproximadamente eran tres grupos de 8 a 10 personas, luego la quemaban, pero apenas les alcanzaba para sacar unos 5 kilos cada uno del cerote, lo cual se reflejaba en un ingreso de entre 400 pesos cada uno, pues el kilo se los compraban a 80 pesos.
Explicó que las herramientas como la rejilla, las pailas, los recipientes y el ácido sulfúrico, por lo general eran propiedad de los compradores, porque ellos no tenían dinero para esa inversión.
Aunque no ganaban las grandes cantidades, ahora los campesinos de Bajío de Ahuichila necesitan el apoyo de las autoridades municipales de Viesca que encabeza Nadia Jaramillo, así como del Gobierno del Estado para nuevamente reactivar esta actividad y regresen al monte a extraer la candelilla, arbusto que se da naturalmente.
Señaló el campesino que la extracción de la cera de candelilla ha sido una de las actividades silvícolas que en tiempos difíciles, cuando la sequía que se presenta en el campo, ha sacado adelante “aunque a duras penas” a los habitantes de lugares como éste, porque si bien es poco el rendimiento económico que obtenían, esa ganancia la mezclaban con la poca utilidad obtenida de la explotación de la leña y el carbón y alguna venta de una cabeza, ya sea de ganado caprino o bovino.
Así la llevaban hasta que se volvía a normalizar la situación climatológica con la llegada de las lluvias y preparan sus terrenos al cultivo (de maíz, fríjol y forraje), para consumo familiar y de sus hatos de ganado de donde ahí lograban otra utilidad con la venta de cabritos o de la carne, sin embargo, ahora la falta de lluvias los ha sumido en una situación bastante preocupante porque aunque no igual a la que se presentó en 2011, la sequía que en este 2019 enfrentan, los tiene viviendo en incertidumbre por lo que se avecina, ya que si no hay lluvias antes de diciembre y en los primeros meses del año que es cuando empiezan a sembrar, en 2020 vivirán una situación de pobreza extrema.
“Nunca pensamos que acabaría para nosotros la comercialización de la cera de candelilla, necesitamos de todo lo que se pueda convertir en dinero, porque siempre hemos trabajado en forma rudimentaria, desde nuestros antepasados a nuestros bisabuelos, abuelos y padres”, comentó Lázaro Delgado.
VIESCA PIDE DECLARAR ZONA DE DESASTRE
Debido a la ausencia de lluvias y escurrimientos del río Aguanaval que están afectando al menos a tres regiones de este municipio, se pedirá al gobierno federal, las declare Zona de Desastre, informó el síndico de minoría y comisionado de Gobernación y Puntos Constitucionales, Gustavo Ordaz Jaramillo, quien también representa a la Comisión de Grupos Vulnerables.
El funcionario notificó que las regiones afectadas son Laguna Seca, Los Aguajes y Bajío de Ahuichila, donde si bien en este 2019 los habitantes de esas regiones obtuvieron cosechas de frijol y maíz para el sustento de sus familias, lo mismo que sorgo forrajero para la venta a los establos, para el próximo año, no podrán cosechar.
Lo anterior porque ellos empiezan sus siembras desde un año antes, pero tiene que haber el recurso hidráulico para hacerlo, el cual no lo tienen hasta el momento.
Explicó el edil viesquense que dicha situación es preocupante ya que están viendo que por ejemplo, la presa de Tanque Aguilereño prácticamente ya se secó. Estaba hace un par de meses a un 5% de su capacidad, pero el reporte de los campesinos de ese lugar es que se acerca al 3% y eso es preocupante.
“Y es de ahí donde los más de 100 productores agrícolas del sector social, toman el recurso natural para regar sus predios”, manifestó.
De hecho, el pasado 5 de noviembre, la mayoría de los más de 30 Comisariados Ejidales que tiene este municipio, acudieron desde temprana hora a la alcaldía, para plantear las necesidades prioritarias que tienen, con respecto a esta problemática.
Por tal motivo, dijo que se tendrá que solicitar el apoyo del Gobierno Federal para que envíe ayuda, ya sean pipas con agua, despensas, semilla para sembrar zacate en el monte, construcción de abrevaderos, entre otros, pues debido a los estragos de la sequía, actualmente esos lugares ameritan apoyos emergentes.