Dos carpinteros murieron durante los enfrentamientos del pasado jueves en Culiacán, durante el operativo fallido para detener a Ovidio Guzmán López, uno de los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán.
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Ese día, Jorge, de 23 años y Nicolás, de 33, salieron muy temprano a instalar unos escritorios al Centro de Ciencias de Sinaloa, ubicado por el bulevar de las Américas en la Colonia Universitarios.
En cuanto terminaron de trabajar se reportaron al negocio donde trabajaban. Para ese entonces las balaceras ya se habían iniciado en varios sectores de la ciudad, principalmente en el Desarrollo Urbano Tres Ríos.
A través de un audio por WhatsApp su jefe los alertó de lo que ocurría y les ordenó permanecer en el Centro de Ciencias de Sinaloa.
Después, el dueño de la carpintería y un compañero perdieron la comunicación con los jóvenes. Les llamaron una y otra vez, pero no contestaron, ya era tarde, murieron en el fuego cruzado.
En entrevista para MILENIO, el dueño de la carpintería lamentó que personas trabajadoras y buenas, pero sobre todo inocentes, perdieran la vida de esa manera.
“Perdí a los mejores trabajadores, buenos y honrados. Ellos venían de trabajar, cuando les tocó la balacera y hoy ya no están”.
Aseguró que quiere limpiar el nombre de los jóvenes, ya que ellos fueron víctimas y no delincuentes involucrados en los hechos.
“Que no estén hablando que mis empleados eran malandrines porque no lo son, eran muy trabajadores, ellos fueran víctimas inocentes”.
Pese a ser de escasos recursos, la familia de las víctimas no ha recibido el apoyo por parte de las autoridades, por lo que el dueño del negocio tuvo que hacerse cargo de los gastos funerarios.
La carpintería luce vacía. Sus compañeros describen a Jorge y Nicolás como hombres humildes, de buenos sentimientos y trabajadores.
Uno de los jóvenes fue velado en Culiacán y el otro en el municipio de Concordia, al sur de Sinaloa. Las familias prefirieron no opinar, ya que tienen temor y guardan duelo por la situación que atraviesan.
VJCM