En Guerrero han muerto cinco sacerdotes por covid-19; tres más están infectados

El obispo de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, señaló que los sacerdotes que murieron estaban radicados en varios puntos de la entidad; uno en Tierra Colorada, otros dos en Taxco y dos más en Chilpancingo.

El obispo de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza. (Rogelio Agustín Esteban)
Rogelio Agustín Esteban
Guerrero /

El obispo de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, señaló que hasta el momento cinco sacerdotes han muerto a causa del covid-19 y tres más se encuentran infectados, entre ellos el padre Baltazar Vega Ramos, uno de los más conocidos en la capital de Guerrero.

Rangel Mendoza detalló que los sacerdotes que han perdido la batalla contra el virus estaban radicados en varios puntos de la entidad; uno en Tierra Colorada, otros dos en Taxco y dos más en Chilpancingo.

También refirió que recientemente la Madre Superiora de las religiosas Concepcionistas, de Taxco de Alarcón sufrió el fallecimiento de sus padres, que fueron contagiados por el covid-19.

En estos momentos, por lo menos tres padres tienen el virus activo, entre ellos el conocido sacerdote de Chilpancingo, Baltazar Vega Ramos.

Tras compartir la situación en la que se encuentra el clero debido al coronavirus, el obispo recordó el panorama crítico que se vive a nivel nacional debido a la cantidad de contagios, por lo que hizo un llamado a la población, así como a los actores políticos a "tomar enserio" la pandemia por SARS-CoV-2 y respetar las restricciones propias del semáforo color rojo, que es en el que se encuentra la entidad.

Particularmente lamentó que algunos aspirantes a puestos de elección popular promuevan reuniones masivas a conveniencia personal, poniendo en riesgo a la población.

Por ese motivo conminó a la responsabilidad a quienes tienen pretensiones políticas, a fin de ponderar la salud de colectiva.

Recordó que se avecina la temporada de Semana Santa, por lo que dijo que la Iglesia ya toma medidas para evitar que las actividades de esta celebración religiosa se conviertan en un riesgo de contagio para la población.

Entre las determinaciones asumidas para evitar contagios se encuentra el hecho de que el próximo 17 de febrero, que será miércoles de ceniza, solamente se hará una oración y se esparcirá el polvo sobre la cabeza de los feligreses a fin de evitar el contacto humano.

En las reuniones eclesiásticas presenciales se permitirá un aforo del 30 por ciento de la capacidad de los recintos, además de transmitirlas por los medios electrónicos.

En cuanto a las actividades de Semana Santa que se prevé que serán suprimidas están: la procesión de domingo de ramos, el lavatorio de pies del jueves santo, así como la gran celebración en Taxco de Alarcón.

La intención es, que lejos de exponer a la población, la iglesia se convierta en un factor de conciencia en estos momentos delicados para el estado, el país y el mundo.

ledz

LAS MÁS VISTAS