En Juchitán, Rogelia González empoderó a las indígenas

Desde las filas magisteriales y feministas, esta maestra ha buscado cuatro veces la alcaldía de su municipio, pero se ha topado con la resistencia machista.

Fundó la Alianza Regional por la Igualdad y la Justicia Simona Robles, en honor a la juchiteca que peleó en 1866.
Lucía Lagunes Huerta
México /

La historia de la maestra indígena Rogelia González Luis es inspiradora. Es una lástima que no ganara las elecciones del 5 de junio, en las que compitió para la alcaldía de Juchitán, Oaxaca.

Rogelia construye con las demás, junto a las demás; su compromiso con la vida y la libertad de las mujeres la llevó a abrir un albergue para indígenas que viven la violencia. Ella sabe que se puede romper con el círculo de la violencia, que sí se puede transformar aunque parezca que el destino está escrito en piedra, siempre hay una forma de cambiarlo como ella lo hizo.

Rogelia se sabe triunfadora por haber cambiado su “destino” y tener las riendas de su vida. Orgullosa de su vestimenta, de su origen indígena, conocerla es una lección de vida.

Lucía Lagunes Huerta (LLH): ¿Quién dirías que es Rogelia?

Rogelia González Luis (RGL): Es una indígena zapoteca originaria de Juchitán de Zaragoza, Oaxaca. Ahí nací el 17 de noviembre de 1961, ahí crecí.

“En mi vida encontré a personas que me tendieron la mano, ahí empezó a cambiar mi visión de cómo estar; de nacer en una comunidad indígena que tiene una cultura, una costumbre, que tiene una tradición. Ir a prepararme para ser maestra me dio la oportunidad de conocer a otras mujeres de la lucha feminista, las cuales tenían otra visión”.

LLH: ¿Cuáles son las lecciones que te llevan a la militancia magisterial y feminista?

RGL: En mi municipio surgió una organización que luchó por elegir a sus gobernantes por métodos democráticos, respetar la voluntad popular. Esas eran las ideas con las que surgió la Coalición Obrera Campesino Estudiantil del Istmo de Tehuantepec (Cocei).

“Ellos hablaban de una lucha para los derechos de los jóvenes, estudiantes, campesinos, de las mujeres. Cómo tener una mejor calidad de vida, cómo atender los problemas de la gente. Fui parte de ese proceso; empecé a participar en un comité seccional y a escuchar las demandas de la gente, a acompañarlas, a hablar en micrófono, a dar mis discursos.

“Toda esta parte política me empezó a crear esta conciencia desde esta trinchera de lucha; fueron momentos decisivos muy importantes, porque eran más de 80 años de gobiernos priistas, caciquiles.

LLH: ¿Eso te fue haciendo conciencia de género?

RGL: Eso me fue haciendo conciencia de por qué era necesario capacitar a las maestras, capacitarme y formarme. En este movimiento participaron comunidades, feministas y de derechos humanos (DH).

“Mucha gente le dio solidaridad al magisterio. Cuando se da la lucha en Juchitán, en los años 80, llegaron Elena Poniatowska, (Carlos) Monsiváis, gente vinculada a la UAM, intelectuales que llegaron a brindar solidaridad, enfrentando al Ejército, la cárcel, la represión de aquellos años de los gobiernos priistas”.

LLH: ¿Cómo te vas definiendo feminista? ¿Quiénes son tus maestras?

RGL: Una de ellas y que la recuerdo mucho es Cecilia Loría (ex titular del Indesol de 2000 a 2006). Fue una gran mujer, que fue fundamental para mi formación y mi definición de esto, que ni siquiera sabía que era feminismo lo que hacía.

“Estando en (la ciudad de) Oaxaca tengo más formación, con Flor Cervantes, las mujeres que eran de comunidades indígenas y que nos juntamos con la lucha magisterial.

“Conocí a muchas mujeres a escala nacional. En mi municipio recibo a la marcha ‘Pan y rosas’ y vienen mujeres como Leonor Aída Concha; empecé a recibir folletos de compañeras (de otros estados), e hice mi círculo de estudio con las mujeres de mi pueblo. Cuando empecé a inclinarme con la lucha por las mujeres tuve un fuerte conflicto con la dirección política de la Cocei”.

ENFRENTAR AL MACHISMO

“Tuve problemas con los dirigentes de la Cocei, quienes me dijeron: ‘A ver, Rogelia, tú no puedes aquí venir a convocar a las mujeres para reunirte con ellas, porque esta organización es mixta y si tú quieres hacerlo, tienes que pedirnos autorización para saber cuáles son los temas que tú vas hablar con ellas’.

“Les decía: ‘Quiero que las mujeres se capaciten en sus derechos’ y eso atentaba contra ellos, porque lo que querían era seguir teniendo a las mujeres controladas. Eso me generó que dijeran: ‘A ella no hay que dejarla pasar; hay que ponerle todos los trabajos que sean posibles para que no llegue’. Y así han sido las cuatro veces (que he sido) candidata a la presidencia municipal.

“En 2004 perdí la presidencia por 100 votos, porque ellos hicieron una alianza de facto para ganarme. Pero les di competencia; ellos iban en alianza con seis líderes políticos”.

LLH: ¿Cómo llegas al magisterio?

RGL: En ese caminar encontré a la maestra Julieta López Jiménez. Me dijo: “¿Sabes qué? Quiero proponerte para que entres a trabajar como promotora en una escuela bilingüe. Tú hablas zapoteco, pero te vas a ir a un curso de capacitación por seis meses.

“Tenía a mi hija pequeña y me decidí. Me dijeron mi abuelita y mi tía: ‘Vete, nosotras vamos a cuidar a tu hija’. Empecé a trabajar en el magisterio y seguí estudiando en el sistema abierto; entonces trabajaba y estudiaba de noche para terminar mi secundaria”.

LLH: ¿Qué cargos públicos has tenido?

RGL: Estuve en el primer gobierno que ganamos en Juchitán, como coordinadora de Salud. Me integré en otro gobierno como síndica municipal, de 1989 a 2001. En ese periodo fundé el Centro de Apoyo a la Mujer Istmeña. De 2012 a 2013 fui regidora de derechos humanos; en 1999 fundé el Grupo de Mujeres 8 de Marzo. Esta asociación civil ha ayudado a mucha gente.

“En 2004 fundé la Alianza Regional por la Igualdad y la Justicia Simona Robles, en honor de la juchiteca que combatió la intervención francesa en 1866. En los nueve municipios que trabajé fundé nueve escuelas; estoy orgullosa de mí y de mi trabajo.

“Ahora que fui regidora de derechos humanos tuve la oportunidad de impulsar el proyecto de terrenos para edificar vivienda para mujeres indígenas que han vivido violencia y que son egresadas del refugio. El proyecto de casa de transición no se ha concretado, porque no hay voluntad política”.

LLH: ¿Si alguien escribiera tu biografía, cuál sería la frase final?

RGL: Siempre hablo de la gran fuerza de las mujeres, siempre les digo que hay que caminar con fuerza para lograr los cambios que queremos. Que la democracia la tenemos que hacer caminando juntas.

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