Al cierre del año los activistas que han denunciado pérdidas entre el gremio de apicultores, reportan que factores como el cambio climático y la aplicación de agrotóxicos en los campos laguneros han acelerado de nueva cuenta la muerte de las abejas así como la baja producción de miel.
Laura Sarmiento Covarrubias, coordinadora del proyecto ‘Alas de Vida’, indicó que la producción de miel durante el año en curso disminuyó drásticamente toda vez que las lluvias que se presentaron fueron escasas y se manifestaron a destiempo, lo que propició una disminución drástica en el producto, sin dejar de lado que la aplicación de pesticidas en los campos de frijol, afectó la vida de estos polinizadores.
“La verdad es que este año tuvimos afectaciones, yo creo que fue por el cambio climático y la producción de miel bajó casi un 80 por ciento este año. Normalmente los apicultores tienen tres floraciones al año que fue la del mezquite y que gracias a dios fue muy buena; la de multiflora bajó muchísimo, hubo flores pero la lluvia llegó tarde y no hubo néctar”.
La entrevistada dijo que normalmente un apicultor que tiene 50 colmenas produce alrededor de 100 ó 150 kilos, pero este año sólo reportó dos cubetas de 20 kilos cada una. Al ser promotora del cuidado de las abejas se adentró personalmente en la producción y ella sólo obtuvo una tina de miel multiflora porque insistió, no hubo néctar en las flores.
“Ahorita con la temporada de aceitilla, se lo llevan a Victoria, Durango, estuvo más triste la situación porque comenzaron a fumigar el frijol y ya hubo pérdida de abejas. Hay pérdida de miel”, acotó.
Alas de Vida, continúa con su trabajo y Laura Sarmiento refirió que se piensa retomar el movimiento a través de las redes sociales, pero además se pedirá la participación de los gobiernos locales porque se requiere un estudio científico para determinar con certeza lo que ocurre en la Comarca Lagunera.
Podría haber cambios de ciclos
“A lo mejor están cambiando los lapsos de producción de las abejas porque normalmente es entre marzo y abril y a lo mejor las lluvias vienen diferente. Se requiere trabajar con científicos que nos estén apoyando porque normalmente las lluvias son entre agosto y septiembre pero se presentaron a principios de octubre, entonces creemos que estamos teniendo un cambio de ciclos”.
Asimismo dijo que se debe estudiar lo que ocurre en las parcelas laguneras porque ante una serie de cambios se podrán ver afectados los productores de melón y sandía ante la ausencia de una efectiva polinización en el campo.
“Tampoco queremos mezclar químicos y otras cosas como fertilizantes tóxicos, entonces creo que debemos contar con la comunidad científica unida al tema. Ya tenemos la red del Coecyt que nos está apoyando, y necesitamos acercarnos a la Sagarpa nuevamente porque todo el año pasado tuvo las puertas cerradas por la pandemia y ellos no se han acercado a nosotros para ver lo que está pasando”.
aarp