Con una eucaristía de pocas personas, este viernes el Obispo de Gómez Palacio, Monseñor Jorge Estrada encabezó la ceremonia religiosa para bendecir la primera etapa de la obra de ‘La Virgen del Desierto’, esfinge de 28 metros de altura que busca representar la identidad de las diferentes etnias que con su esfuerzo, tenacidad y fe, fundaron esta región en medio del desierto y en condiciones climáticas adversas.
El evento se llevó a cabo al pie de esta figura de la Santísima Virgen ubicada en el Cerro de Dolores, y en la que estuvieron presentes la familia Gilio, impulsora y promotora de esta obra compuesta por los hermanos Luis Carlos, Fernando, Gustavo, Guillermo y Sergio, y a la que asistieron además otras personalidades como el rector de la Universidad La Salle, Luis Arturo Dávila de León.
Por motivos de la contingencia sanitaria por covid-19 y con la intención de evitar la proliferación de contagios, esta misa se llevó a cabo cumpliendo con todos los protocolos recomendados por la Secretaría de Salud.
En su intervención, Luis Carlos Gilio expuso que esta es una fecha muy significativa debido a que es un día antes de la celebración de la Virgen de Guadalupe y que mejor que hacerlo de esta manera.
Explica que aunque no lo parezca, para construir la base de esta esfinge se requirió subir 180 toneladas de concreto a la parte alta del cerro, lo que fue una gran odisea, pues ahora ya se cuenta con 300 escalones, pero antes de ello no había nada.
Reconoció que esto fue una idea del presbítero Carlos Martínez Sada, quien por motivos ajenos a su intención no pudo asistir, al tiempo que agradeció el apoyo que tuvieron de diversos amigos empresarios como de la sociedad en general, que colaboró con lo que estuvo a su alcance para hacer posible la conclusión de esta magna obra que ha sido admirada por propios y extraños, que se desvían del periférico para conocerla antes de seguir su paso hacia Durango, Mazatlán o Zacatecas.
En la apertura de la eucaristía, el vicario general de la Diócesis Julio Carrillo Gaucín, expuso que el bendecir esta Santísima Virgen es un signo de cuán grande es la relación entre ella con Cristo y su iglesia.
Por su parte, el Obispo Monseñor Jorge Estrada Solórzano en su homilía dijo sentir una profunda alegría el estar aquí viendo concluida la primera etapa de este proyecto, que es para la región un motivo de alegría, fe y suscitar el amor a Dios y el amor a María.
“Una imagen que contempla el rostro de sus hijos, una imagen de María que es amorosa, de María que nos guía y nos protege, no cabe duda que nuestro pueblo y nosotros como mexicanos hemos sido privilegiados al habernos elegido para manifestarse de una manera tan especial en el Tepeyac”, dijo.
Hizo ver que esta ceremonia tiene un mayor significado no sólo por lo que representa en sí, sino por el momento de incertidumbre para el mundo, donde la enfermedad del covid-19 está a la vuelta y donde se ha visto a tantas personas padeciendo, y otras más lamentablemente fallecido.
“Es un tiempo en el que somos conscientes de nuestra fragilidad y es un momento en que con gracia de Dios se concluye un signo de esperanza, del amor de Dios, pues hay dificultades y siempre las enfrentamos, pero con la gracia de Dios nos permite ir resolviendo y a la vez descubriendo lo que no esperábamos, lo que no teníamos contemplado y como en la unión y el colaborar unos con otros, se va fortaleciendo la comunión y manifestando el amor de Dios”, concluyó.
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