En La Laguna quedan solo dos artesanos del mimbre, actividad que se niega a extinguir

Corre el riesgo de perderse o extinguirse, es una riqueza artesanal, una herencia cultural de Villa Juárez para el mundo.

Artesanos elaboran canastillos para dulces o flores, cestos de ropa, moisés para recién nacidos y hasta muebles. (Rolando Riestra)
Luis Alatorre
Lerdo, Durango /

“El trabajo dignifica”, reza una frase bíblica, pero hacer arte con las manos, es una riqueza y un aporte al orgullo de una región como la nuestra, aunque a los ojos de muchos ese reconocimiento sea lamentablemente invisible, como sucede con los artesanos de Villa Juárez, en Lerdo, Durango a quienes la única herencia dejada por sus ancestros fue el aprender a elaborar artículos a base de mimbre, una fibra que proviene del sauce, árbol que nace, se desarrolla y muere en el río Nazas. 

Se trata de una vara delgada que puede alcanzar un altura superior a un metro, misma que es cortada de los arroyos del río Nazas, particularmente a la altura del poblado de Pedriceña en el municipio de Nazas, hasta donde los artesanos acuden en su búsqueda al menos una vez por semana, de donde se surten de esta materia prima para elaborar toda clase de canastillos para dulces o flores, cestos de ropa, moisés para recién nacidos y hasta muebles con una habilidad que impresiona. 

En esta comunidad ubicada a 25 kilómetros de Torreón, radican los únicos dos artesanos que quedan de esta actividad y quienes con satisfacción dicen haber sacado adelante a sus familias con la elaboración de estos productos que han trascendido fronteras desde hace más de 70 años, aunque su reconocimiento no llegue como ellos quisieran, pues a lo mucho han sido invitados a ferias y exposiciones en Durango.

Esteban González Cruz

Esteban González Cruz de 65 años y de los cuales la mitad los ha dedicado a trabajar el mimbre, asegura que el oficio lo aprendió de su padre don Jesús González Ramos, quien a mucho orgullo aparece en el mural de la Junta de Gobierno, donde fueron incluidos los personajes más importantes de esta población de 15 mil habitantes, pues fue gracias a su iniciativa y creatividad de cómo se empezó a trabajar el mimbre en este lugar. 

Sentado en el patio de su casa sobre una cobija y acompañado de su esposa María Victoria Ramírez Mora, Esteban da gracias a Dios por devolverle la salud tras haber resultado contagiado de covid-19 en noviembre pasado y se le llenan de lágrimas sus ojos al recordar a su compadre y compañero de oficio José Olivares, no pudo superar las secuelas del virus. Aquí lo habilita como taller a la vez y anexa a su lado una bañera infantil llena de agua, sobre la cual pasa la vara para ir moldeando y dando forma a los diversos artículos que elabora con paciencia y mucho amor.


De hecho, dice que su sueño es enseñar a niños o jóvenes a la elaboración de artículos a base de mimbre y que en alguna ocasión fue invitado a Lerdo a una exposición en la plaza principal y fue llevado a una Feria de Artesanos a la capital, pero su deseo es que los artesanos tengan el mismo reconocimiento que también tienen los Cardencheros de Sapioriz, donde su canto trasciende fronteras. 

Diciembre es el mes que más ventas tiene y para ello se prepara con tiempo, pues entre sus productos más demandados están los arcones, así como las sillitas para Niño Dios y tiene sus clientes en el mercado Juárez de Torreón, sin embargo, este año pasado fue diferente, pues al no haber fiestas, ni rosarios familiares a causa de a pandemia, no hubo pedidos

Exhibe junto a él parte de sus trabajos, como es un sillón doble de 2 mil pesos; sillas grandes a 1,800; los canastos a 80 pesos, tortilleros, entre otros. Presume que las Nazas gigantes que están en el Museo del Algodón fueron hechas con sus manos. 

No cuenta con página de Facebook donde publicitar sus productos, pero pueden acudir directamente a su casa ubicada en Avenida Bravo 440 norte a una cuadra y media de la Plaza de Armas o bien contactar al teléfono 8714702878.

Arnulfo García Solís

A pocas cuadras vive Arnulfo García Solís de 73 años y con orgullo muestra su casa, construida con lo que ha ganado en vida como artesano en 58 años y que gracias a ello también pudo sacar adelante a sus siete hijos.

Dice que con el tiempo, la edad y la pandemia el trabajo ha ido de más a menos, pues ya no se mueve igual, su principal colaboradora que era su esposa ya es mayor y padece de una enfermedad que la mantiene en silla de ruedas y eso la imposibilita a trabajar el mimbre, cuya posición obliga a permanecer sentado sobre el suelo para poder maniobrar la vara.

En su cuarto de trabajo está un moisés, el cual tarda todo un día para hacerlo y sobre el cual le vienen pagando 400 pesos. El que exhibe, va para Chihuahua, de donde le hicieron el pedido, mientras que al lado está un canasto grande para ropa a un costo de 250 pesos, pero también tiene pedidos de canastos panaderos, canasta para venta de duros, lo mismo que canastos pequeños para dulces de higo. 

Sus clientes principales son la tienda “Sal Si Puedes”, en calle Rodríguez e Hidalgo en Torreón, así como la tienda “El Camello”, la tienda de Pepe del Rivero en Gómez y florerías, mientras que acá en Lerdo con don Juan Frayre, quien se dedica a la elaboración y venta de dulces artesanales a base de higo. Los pedidos con Arnulfo los pueden hacer al teléfono 8713491277. 

Las satisfacciones están en cada pedido, en cada venta, pero también en la sonrisa de sus clientes quienes le llevan incluso fotos de catálogo para poder elaborar algún diseño; sin embargo, en ambos queda algo pendiente, el deseo que sus gobiernos orienten parte de sus recursos a promover esta riqueza artesanal hacia otros estados de la República, como se hace con los Cardencheros, pues de lo contrario corre el riesgo de perderse o extinguirse.

CALE


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