Como cada año cientos de personas acuden al panteón municipal de Ciudad Lerdo, Durango, en donde antes de llegar al camposanto se aprecia la venta de flores, cañas, comida, fruta, artículos domésticos y hasta juegos mecánicos, mientras que al interior se observan los grupos musicales quienes amenizan con canciones que recuerdan a las familias a sus seres queridos.
La familia Aragón Pinales, desde temprana hora, acudió a visitar a sus seres queridos, en donde colocaron flores, papel picado, veladoras y un tapete de aserrín, como parte de las tradiciones.
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Araceli Aragón, manifestó que durante todo el día conviven y acompañan a quienes físicamente ya no están, pues aunque hay tristeza y melancolía, también es una fiesta que promueve la unión familiar.
“Desde temprano venimos y cada quien ponemos nuestro granito para ambientar un poquito su tumba, todo el día estamos aquí acompañándolos en este día”.
Adornada con papel picado, flor de cempasúchil y la comida que más les gustaba, es como luce la tumba de los familiares de Silvia Calderón, quien manifiesta que por ser un día muy especial acuden al panteón a pasar el día con sus seres queridos y les llevan lo que más les gustaba en vida.
“Venimos y almorzamos aquí con ellos y hasta la hora de comida nos estamos aquí, les traemos lo que más les gustaba, las conchas de pan para mi tía, las donas a mi abuelita y mi hermano, enchiladas, burritos, tratamos de hacerlo al gusto de ellos”.
Silvia, acompañada de su familia, señala que llegan desde las 8:00 de la mañana para adornar la tumba, colocando el papel picado, las flores y la comida, lugar en el que pasan la mayor parte del día, pues es una tradición que buscan fomentar en los más pequeños.
“Venimos con los niños para que vean las tradiciones de nosotros y que traten de seguir con el legado que les deja uno”.
De igual manera, la familia Del Río, acude cada año al Panteón para acompañar a sus seres queridos que se adelantaron en el camino, por lo que este día, aprovechan para estar reunidos, adornar la tumba con flor de cempasúchil que ellos mismos plantan y con aserrín pintado.
“Cada año venimos desde los abuelos, papás, los tíos, toda la familia en general venimos desde temprano, limpiamos, adornamos el espacio y terminamos conviviendo, hacemos una oración y prácticamente nos estamos todo el día”.
Para la familia Del Río, cada año el acudir al camposanto, significa estar con sus difuntos, conviviendo y recordando anécdotas hasta que cae la tarde con tristeza.
Así es como cada 2 de noviembre las familias acuden al panteón a visitar a sus fieles difuntos, convivir y recordar los momentos que en vida tuvieron con ellos.
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