En Tláhuac e Iztapalapa la vida se fracturó

Vecinos de ambas delegaciones abandonaron sus hogares, porque el asfalto se reventó y sus casas quedaron inhabitables; ahora esperan ayuda gubernamental para reparar o reconstruir.

Un edificio en Paseo de las Galias, en la colonia Lomas Estrella, segunda sección sufrió daños.
Dione Anguiano dijo que ha habido enfrentamientos entre vecinos por el abasto del servicio, por lo que las pipas de agua son resguardadas por la polic
La calle se abrió y dañó la entrada de esta vivienda.
Editorial Milenio
México /

Vecinos de Iztapalapa y Tláhuac duermen con el vacío a sus pies. El sismo del pasado 19 de septiembre abrió la tierra y decenas o cientos de casas sufrieron daños, además se quebró drenaje, asfalto y banquetas… Para muchos, su vida se fracturó.

Las grietas siempre han estado ahí, pero ahora se abrieron más, arrancaron cimientos y dejaron casas “flotando”. Son las grietas que se abrieron en las colonias La Planta, Cananea, El Molino o Jardines de San Lorenzo, en Iztapalapa, y El Mar, en Tláhuac.

A nueve días del sismo, hay vecinos que duermen en banquetas, albergues llenos, casas de campaña o con familiares cercanos.

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Las grietas, abiertas por el sismo, separaron en una misma casa las recámaras de la sala o la cocina. En un recorrido efectuado por MILENIO, se observaron casas y cimientos al aire, sostenidas en algún punto por la tierra firme, así como viviendas hundidas.

Vecinos de La Planta dijeron: “Las autoridades no nos han pelado, solo una vez vino la delegada Dione Anguiano y después mandó a su sobrina Karen, quien anda en campaña, pues quiere ser delegada. Vino y nos gritó, nos dijo que teníamos que aprender a convivir con las grietas”.


Explican que al día siguiente del sismo, la delegada les ofreció hacer un peritaje del suelo, pero quedó el promesa.

En esta colonia, como en las otras, decenas de calles están bloqueadas por cintas amarillas, sobre las grietas. Ante la ausencia de autoridades, se bloquearon las esquinas con piedras, lazos y escombro. Parece zona de guerra. Además de que no hay agua y los vecinos corren tras las pipas. Ayer, el DIF, repartió garrafones.

En Cananea las grietas quebraron una ciclopista y una pista de gravilla roja, en ambas surgieron escalones de 70 y 25 centímetros, respectivamente. Enfrente se ve una casa ladeada, destruida, sin ventanas, rota.


Graciela Romero es la dueña de esa casa, cuyo techo es sostenido por un ropero, “las paredes se partieron”. Se le pregunta si han venido las autoridades y responde que “sí, pero solo ofrecen promesas”.

El gobierno les ha ofrecido 3 mil pesos al mes, durante tres meses para que renten en otro lado, además de 80 mil pesos a propietarios de inmuebles inhabitables. A domicilios menos afectados, 5 mil pesos y en los de media afectación, 30 mil.

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En los de pérdida total, habrá demolición. Las casas ya tienen un tache en color rojo. Sin embargo, los vecinos tienen la opción de volver a construir por su cuenta en el mismo terreno. Es decir, sobre la misma grieta. No hay de otra.

Según, Elisa Velasco las grietas ya habían sido rellenadas con bentonita, pero el sismo las reventó. Les han ofrecido hacer estudios del suelo y para ello, requieren de un georradar. Lo han encontrado en el Instituto Politécnico Nacional. Pero una institución lo debe pedir. Se lo han dicho a la delegada. No hay respuesta.


Las grietas en la colonia El Mar, dejaron sin agua a los vecinos. Y lo mismo, levantaron banquetas y asfalto. Los vecinos están enojados y ante el director general de Participación Ciudadana en Tláhuac, Tomas Noguerón, amenazaron “si no, nos ayudan, vamos a cerrar la avenida Tláhuac”.

Están desesperados no tienen agua, el transporte no pasa, sus casas están lastimados y la autoridad quiere liberar de barricadas las calles agrietadas. Los vecinos se niegan, pues temen el derrumbe de sus inmuebles.

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