Enclavada en una reserva ecológica en Tihuatlán, al norte de Veracruz, sobreviven 70 especies rescatadas de circos o decomisadas por la Profepa en diversas partes del país.
Los leones, tigres, jaguares, panteras, monos, aves en peligro de extinción y hasta un dromedario son cuidados y muchos de ellos reproducidos en la Unidad de Manejo Ambiental creada hace 22 años, después de una tragedia familiar que enfrentó el director técnico y fundador, José Luis Rodríguez Acosta.
Hoy el futuro de la UMA y Parque Ecológico de Tihuatlán, Akga ‘Pun Kitsis’ Tanca, pende de un hilo, debido a un fraude ejidal, mediante el cual pretenden convertir la reserva en una mina para la explotación de los bancos de piedra que hay en esa parcela del ejido San Miguel Mecatepec.
El parque ecológico es el hogar de ejemplares como Clarens, un tigre de bengala blanco albino, bizco, que llegó a la UMA con solo 70 kilos de peso, una desnutrición extrema; hoy pesa 300 kilos, consume media docena de pollos diarios, y está en proceso de procrear con Nhala, una tigresa siberiana blanca a quien tendrá que someter.
“Estaba en estado crítico, no para morir, pero sí estaba muy desnutrido, muy flaco, ya ahorita ha evolucionado perfectamente, ya recuperó mucha masa muscular, para nosotros ya está perfectamente bien, porque un macho para aparearse no debe estar gordo, porque si está gordo se infarta. El apareamiento de los grandes felinos es por sometimiento, el macho va a someter a la hembra y hacen un ritual en el cual ella se agarra a correr, hasta que la alcanza él y la somete y muchas veces si el macho está muy gordo, no la alcanza, se agita y puede llegar a infartarse. Ella sigue el ritual, pero si el macho no completa el ritual ella lo agrede, sí le pega”.
En el lugar vive también Paloma, un mono araña hembra, que junto con otros dos ejemplares más de su especie, fueron rescatados de un circo, luego de que por ley prohibieran la exhibición de estos en sus espectáculos. Pese a provenir de un circo, paloma odia que le tomen fotos o videos.
La mitad de los ejemplares que habitan la reserva fueron abandonados o entregados por los cirqueros y la mayoría restante, asegurados por autoridades de protección de la vida animal.
En el sitio hay no solo tigres de bengala, jaguares y panteras, sino también cabras enanas, cebrazno, llamas, avestruces, cocodrilos, monos y leones como el único ejemplar de León del Atlas o Berbería del país, que buscan reproducir con las ejemplares hembras que como él, les han sido entregados por los circos.
“Esta especie es un león de Berbería, se va a poner negro, ya empezó de la parte de la melena, en los cuartos delanteros se está poniendo negro, se va a poner negro completamente, no es muy común, es único en México, el único ejemplar, era de circo”.
Hay también tortugas como una del desierto sulcata de 80 años que llegó al ser entregada por sus dueños, cuando los mismos se dieron cuenta que no podían ya cuidar a lo que consideraban su mascota.
Buscan conseguirle pareja para reproducirla, pues si bien pone huevos, los mismos son infértiles.
El parque ecológico sobrevive con donativos y aportaciones de quienes acuden a visitarlo, pero han logrado la reproducción de tigres de bengala, rusos e hindúes, de los que tienen 14 ejemplares, además de una de las crías que nacieron en el segundo trimestre de este año y para los que buscan construir un área especial y más amplia.
También han reproducido a los jaguares y a los jaguares negros mejor conocidos como panteras; cabras enanas, monos babuinos o papiones y allí nació un cebrazno, cruza de cebra y asno.
La UMA luego de que el pequeño hijo de José Luis Rodríguez fue atacado por un perro dóberman que le arrancó la cara.
“La UMA se establece precisamente posterior a un problema familiar que tuvimos, gracias a que en la recuperación de mi hijo lo llevamos en una ocasión a Africam Safari, entonces me dijo que quería de alguna manera si podíamos hacer eso. Fue mordido por un perro, le bajó todo esto, toda la máscara y entonces tuvimos un trauma, un problema durante un año por el tratamiento que se llevó, ya en su recuperación lo llevamos a Africam para que viera los animales. Un perro dóberman, finalmente murieron de viejos, los adquirimos porque teníamos que ver que no tuvieran rabia”.
El esfuerzo de la familia está a punto de perderse, por la ambición y fraude cometido por unos ejidatarios, que hace más de dos décadas le vendieron, en forma de donación los terrenos, pues al ser ejido, legalmente no podían venderlo, y hoy algunas de esas personas, quieren despojarlo del mismo, para convertir la reserva ecológica, en un banco para la explotación de piedra. Piden apoyo del gobierno para evitarlo, pues allí se realiza investigación científica, colaboran con universidades y las autoridades federales, albergando especies decomisadas.
“Nos acabamos de enterar, porque nos citó el tribunal, de que ganó la sentencia la señora Teresa Vargas Castro, en una estafa que hacen, porque a nosotros el ejido nos da constancia que somos los ejidatarios y cada año para presentar un plan de manejo, nos da una constancia de que estamos trabajando en el área. Entonces aquí nos sorprende porqué el ejido no defendió y no dijo que esta parcela ya había sido vendida. Para nosotros es una estafa y no sabemos qué va a suceder”.
Explicó que han sido amenazados si no entregan la tierra.
“Han surgido amenazas nos mandan a amenazar que nos salgamos por las buenas, porque por las malas nos van a sacar. El trasfondo es porque quieren vender, existe un banco de piedra atrás de donde están los jaguares, es un banco enorme de piedra que quieren explotar, de hecho el predio lo quieren vender para explotación de la piedra, sacarla. Pasaría de ser una UMA a una mina, ese es el miedo que tenemos porque en este caso ya intervienen interese económicos muy fuertes, han venido a amenazarnos, a ejercernos presión para que nos salgamos y que nos llevemos los animales de aquí porque ya tiene dueño”.
Demandan la intervención del gobierno estatal y federal en este problema.
LG