La enfermera del Hospital General de Perote, Soledad Pimentel Zilch, es víctima de amenazas, acoso laboral y amenazas de cese de contrato de forma injustificada por denunciar durante una supervisión irregularidades como la reutilización de jeringas y material desechable.
A través de un video compartido en sus redes sociales, la enfermera explicó que desde el 20 de abril, cuando hubo una supervisión en la clínica -donde ella y otros trabajadores denunciaron anomalias-, la comenzaron a hostigar, cambiar de área y a amenazarla con que ya no renovarían su contrato, sin entregarle un oficio o notificación por escrito.
Todos los pacientes del día, con una sola jeringa
Y es que en la supervisión, ella y otras enfermeras señalaron que el director del hospital les dio la orden de administrar a todos los pacientes con una sola jeringa por 24 horas, asimismo con microgoteros y normogoteros, entre los materiales de terapia de infusión, poniendo en peligro la salud de los pacientes.
El viernes 28 de abril ella acudió al Instituto Veracruzano de la Mujer y a la Comisión Estatal de Derechos Humanos para presentar queja de lo que le están haciendo.
Molesto de que se conocieran esas irregularidades, el director del hospital, Pedro Rafael Vargas Reus, amenazó con un despido.
“Por ahí por los pasillos, al director se le sale, Rafael, se le sale decir que quiere mi cabeza. En estos tiempos eso se mal interpreta de muchas formas, o me van a despedir o me va a mandar a matar el señor, o no sé qué es lo que pretende”.
Soledad Pimentel trabajó antes en el Centro de Alta Especialidad de Xalapa y jamás hubo alguna queja de su trabajo.
Ella es enfermera de contrato covid y laboró durante la pandemia, pero por querer dar un trato digno a los pacientes y no ponerlos en peligro, ahora es amenazada.
LG