Tras el enfrentamiento esta tarde entre elementos de la Guardia Nacional que se prolongó por una hora, se informó que hasta el momento hay 22 lesionados; 14 elementos de la Guardia Nacional y ocho de la Policía del estado; se desconoce si normalistas resultaron afectados, de acuerdo con la Secretaría de Seguridad de Guerrero.
Aunque se tuvo un reporte de cinco detenidos, la dependencia informó que estos fueron entregados a la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Guerrero (CDHEG), que dio seguimiento a las actividades desarrolladas en la caseta de peaje de la Autopista del Sol.
En la confrontación se utilizaron palos, piedras, bates, tubos, bombas molotov, petardos y hasta un tráiler sin conductor, que aprovechando la pendiente fue lanzado contra los cuerpos de seguridad.
Los policías estatales y personal de la Guardia Nacional reaccionaron con agilidad ante la embestida de la unidad de carga, que pasó limpiamente la caseta cobro para impactarse contra un módulo de información, generando solo afectaciones materiales.
“Caseta segura”, es el operativo que desató el primer enfrentamiento entre estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, policías del estado y personal de la Guardia Nacional durante el gobierno que encabeza Evelyn Salgado Pineda.
Un día antes, la gobernadora Salgado Pineda hizo un llamado al dialogo a los padres de los 43, el cual fue extensivo a la comunidad estudiantil de Ayotzinapa.
Hasta el momento los padres no han respondido al ofrecimiento, los estudiantes de la Normal Rural se limitaron a presentarse en la carretera de cuota, donde fueron contenidos y en respuesta, lanzaron piedras, cohetones y bombas molotov.
El punto de quiebre
Si bien fue en diciembre de 2021 cuando el Senado de la República modificó la ley General de Vías de Comunicación, que sanciona hasta con siete años de cárcel a quienes tomen las casetas de peaje en las carreteras de cuota, fue el viernes 28 de diciembre cuando se registró el primer punto de confrontación.
Ese día, los padres de los 43 y estudiantes de la Normal Rural llegaron hasta la caseta de Palo Blanco para tratar de apoderarse de los módulos de cobro, distribuir volantes entre los automovilistas y solicitar la cooperación de los automovilistas.
Aunque hubo expresiones de inconformidad, ese viernes 28, los padres de los 43 y los estudiantes se retiraron, no sin reprochar el que la administración estatal asumiera una postura de endurecimiento.
Días después, el gobierno de Guerrero aclaró que “Caseta Segura”, era un programa implementado por la administración federal, que tiene como objetivo impedir que grupos de particulares se apoderen de los módulos de cobro y perjudique financieramente a Caminos y Puentes Federales (Capufe).
Ludwid Marcial Reynoso Núñez, secretario general de Gobierno, aclaró que la actividad no tenía dedicatoria para los estudiantes de Ayotzinapa ni para los padres de los 43, aunque aclaró que ellos podían realizar sus actividades de manera normal, siempre y cuando no se apoderaran de los puestos de cobro.
El factor sorpresa
Antes de las 12:00 horas de esta tarde, cuatro autobuses cargados de estudiantes consiguieron llegar hasta los módulos de cobro de la Autopista del Sol, tomaron por sorpresa al personal de seguridad que resguarda las instalaciones y bajaron de las unidades para posicionarse de la zona de plumas.
Los policías y elementos de la Guardia Nacional le cerraron al resto de los autobuses y encapsularon a los que consiguieron pasar, generando así un primer jaloneo que no pasó a mayores.
Durante más de 50 minutos, los cuerpos de seguridad y los normalistas permanecieron frente a frente.
Hubo un mitin en el que los jóvenes reclamaron al gobierno del estado y de la federación el trato que se les da, cuando en el proceso electoral pasado se anunció que habría más apertura.
Hubo un acercamiento, a partir de la mediación de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Guerrero (CDHEG), lo que permitió que se mantuviera la calma.
Se desata la violencia
Fue en la retirada, cuando los normalistas acomodaban las unidades para tomar el rumbo hacia Chilpancingo, que los mandos de la Guardia Nacional y la SSP solicitaron revisar los autobuses, situación que no fue permitida.
Se desató el intercambio de palabras, luego pasaron a los golpes, para después desatar el lanzamiento de bombas molotov, petardos, gases lacrimógenos y piedras.
Los propietarios de negocios ubicados a la orilla de la carretera cerraron rápidamente, mientras mujeres y niños enfrentaban numerosas crisis nerviosas.
Durante casi 50 minutos la carretera de cuota fue el campo de batalla de normalistas y cuerpos de seguridad, tanto estatales como de la federación.
En la parte final, antes de retirarse, los normalistas saquearon un tráiler y luego lo proyectaron en contra de las filas de uniformados, que se hicieron a un lado para evitar ser arrollados.
ledz