El gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, firmó este día el decreto que establece a El Bajío como Zona de Recuperación Ambiental. Dicho documento permitirá garantizar el futuro ambiental de la zona, protegiendo las 980 hectáreas que la conforman y prohibiendo que no se vuelva a construir en ese espacio una sola vivienda más.
“El Bajío se va a conservar como lo que es: una zona estratégica en materia medio ambiental. Nunca más podemos permitir que ningún gobernante irresponsable o corrupto permita que los intereses privados sometan y lastimen al capital ambiental de Guadalajara. Al Bajío lo vamos a cuidar entre todos”, dijo Alfaro Ramírez.
El mandatario jalisciense agregó que el decreto permitirá garantizar la viabilidad de los acuíferos, evitar los cambios de uso de suelo, armonizar los usos de suelo ya existentes con el mantenimiento de los servicios ambientales, conservar los esquemas de infiltración de agua, evitando modificaciones en la topografía del lugar, contribuir a la protección de los bosques de pino-encino del Área Natural Protegida Bosque La Primavera y dará sustento jurídico a la protección de los servicios ambientales proporcionados por la zona.
“Esta decisión es un acto de responsabilidad que tomé hace mucho tiempo y que hemos preparado con cuidado para darle solidez jurídica. Desde el día 8 de febrero iniciamos las reuniones de trabajo para atender este tema con el ayuntamiento de Zapopan. Nada de lo que hemos hecho en ese sentido se ha realizado a espaldas de la autoridad que tiene la responsabilidad constitucional en materia de ordenamiento territorial. Ahora le toca al municipio actualizar sus instrumentos de planeación y alinearlos a este decreto. Ahora sí vamos a poner a prueba el compromiso de cada una de las partes involucradas”.
Alfaro Ramírez manifestó que el decreto está sustentado en los Programas de Ordenamiento Ecológico Local 2012 y 2019 del municipio de Zapopan, en el Plan de Ordenamiento Territorial Metropolitano 2016, así como en la legislación estatal y federal en materia medio ambiental. Agregó que el decreto se expide con base en las atribuciones que le confiere la Constitución Política del Estado de Jalisco en su artículo 50, fracción 21, respecto a la preservación y restauración del equilibrio ecológico y ordenamiento territorial, por lo que es una atribución del Ejecutivo y no requiere aprobación del Congreso del Estado.
Junto con este decreto, el gobernador presentó también el Programa de Recuperación Ambiental que tiene cuatro ejes estratégicos: Manejo sustentable del agua; restauración y conservación del suelo; conservación de la biodiversidad y sustentabilidad.
“En resumen”, agregó el gobernador jalisciense, “se asegurará la protección y recuperación de las condiciones naturales que permiten la recarga de los acuíferos, se establecerán medidas de amortiguamiento y sustentabilidad ambiental, así como acciones que garanticen la infiltración de agua, la conservación y protección de flora y fauna silvestre. Y algo muy muy importante, en este decreto queda expresamente prohibido urbanizar superficies no urbanizadas con anterioridad”.
El Bajío, una zona con 315 hectáreas ya urbanizadas desde hace muchos años
Respecto a las Villas Panamericanas, el mandatario afirmó que El Bajío es una zona urbanizada que cuenta con licencias de construcción expedidas desde hace por lo menos diez años. “Este uso”, dijo Alfaro Ramírez, “se lo dieron dos veces, dos administraciones distintas, una a finales de 2009 y otra en 2011. Ambas, con un dictamen de impacto ambiental aprobado por la Secretaría de Medio Ambiente. Hoy, las Villas Panamericanas no solo tienen uso habitacional de baja densidad, sino que se agregaron el uso comercial y servicios, turístico hotelero y de equipamiento institucional. Por eso, ni el gobierno ni pensiones están pidiéndole al municipio ni un cambio de uso de suelo ni un cambio de densidad”.
“Esta ya no es un área natural, sino una zona urbana de alta fragilidad ambiental que tiene escuelas, viviendas, comercios, servicios, hasta un estadio de futbol. Para entenderlo mejor: de las 980 hectáreas que componen al polígono del Bajío, un total de 315 hectáreas están ya totalmente urbanizadas. La superficie actual de las Villas Panamericanas por ejemplo, es de sólo 16 hectáreas, pero insisto, en El Bajío son ya 315 las hectáreas urbanizadas y en uso. Tan sólo entre 2012 y 2013, la urbanización aumentó 400% pasando de 58 a 237 hectáreas y desde entonces, se han urbanizado un promedio anual de 13 hectáreas. Todo esto sucedió por cierto, para refrescar la memoria, antes de que yo fuera gobernador del estado. Lo digo de otra manera para que quede claro: La Villa Panamericana no la autoricé, ni la construí yo, se construyó entre el 2009 y el 2011 con una parte de dinero privado, con 340 millones de pesos de dinero de los trabajadores al servicio del Estado, y 587 millones de pesos de dinero público”, agregó.
Tras afirmar que el decreto no puede borrar lo que ya se hizo, pero sí puede evitar que se siga haciendo tanto daño, dijo que lo que IJALVI y el IPEJAL están haciendo es dejar de tener participación en ese enredo, sin pérdidas, recuperando lo invertido y garantizando el futuro del fondo de pensiones de miles de trabajadores que no tienen por qué pagar los abusos de quienes hicieron este desastre.
Respecto a los juicios, afirmó que los adversarios dicen que el gobierno quiere torcer la ley y desacatar mandatos judiciales para resolver el problema de la villa. “Otra vil mentira. No hay ya impedimento legal de ningún tipo para las villas porque así lo decidieron los jueces que atendieron cada uno de los tres juicios que fueron presentados y que ya fueron desechados por distintas razones. La única suspensión vigente es sobre un contrato de compra venta que nada tiene que ver con el proceso que está siguiendo pensiones. Aquí está la evidencia. Una vez más: los juicios de quienes se opusieron a Las Villas no los resolví yo, los juicios se resolvieron en los tribunales”, agregó.
Por último, Alfaro Ramírez dijo: “En resumen, la infamia que representan las Villas Panamericanas, no ha tenido de parte de mi gobierno ninguna responsabilidad. Todo esto sucedió mucho antes de que yo fuera gobernador de Jalisco. Nada me costaría simplemente decir: eso no lo hice yo y así que se quede, para qué me desgasto en un tema que no me toca. Pero paradójicamente, como en tantos otros asuntos que nos dejaron tirados y enredados, yo voy a ser el gobernador que los resuelva. Así de claro. Independientemente del uso final que se le dé a las villas, mi responsabilidad es proteger El Bajío como una reserva ambiental fundamental de la ciudad y, al mismo tiempo, cuidar el patrimonio de los trabajadores”.