La serpiente emplumada, Kukulcán, descendió por la escalinata de la pirámide El Castillo.
El fenómeno arqueoastronómico de precisión matemática y las condiciones climatológicas hicieron posible ver el fenómeno de luz y sombra durante el equinoccio.
La celebración, que reúne tradicionalmente a no menos de 50 mil visitantes nacionales y extranjeros, lució vacía por las medidas de contingencia frente al coronavirus.
El fenómeno se espera se pueda observar otra vez durante el equinoccio de otoño en el mes de septiembre.
tm