¡Escójale jefe! llega la temporada de melón y sandía Matamoros

De probada en probada personas se acercan para evitar la compra en centros comerciales, que venden hasta en 8 pesos el kilo o más.

Abundan personas venciendo estos frutos típicos de la región. (Lilia Ovalle)
La sandía habrá que tocarse bien antes de ser elegida por los compradores. (Lilia Ovalle)
Editorial Milenio
Matamoros, Coahuila /

Sin pensarlo dos veces por una sandía el cliente desembolsa un billete de cincuenta. De probada en probada las familias se acercan para evitar la compra en centros comerciales que venden hasta en 8 pesos el kilo o más.

-Escójale, jefe, dice el vendedor.


-Pos ustedes son los que saben. Nosotros venimos de Saltillo, póngale en su periódico, apunta el comprador.


-Traen la camiseta del Pumas, no pos váyanse de aquí, váyanle al Santos, apunta otro vendedor.


-Ay, ya la perdieron en la liguilla, con lo que sales, tercia la reportera.


-¿Si sale o no, señorita? Para decirle a mi hermano que me compre el Express.


-Sí, sí sale.


-Bueno cuando regrese, si sale, le compro dos sandías.


-Ándele pues, pero a ellos.

El comprador posa sonriente junto con otros dos caballeros, y luego se despide. Pero de inmediato le recuerdan: "¡Eh jefe, la sandía era nomás para la foto. Las suyas ya se las llevó al carro!", todos ríen por el lapsos.

“Aquí vendemos de a como quieran, de a una, de a dos, de a tres, de a cuatro o de a tonelada, ahí andan los coyotes por eso nosotros la estamos vendiendo aquí… ‘Pásele, pásele, de a como quiera llevarse. Aquí no vamos a batallar, pásele’.”

Entre juegos los clientes se acercan y agarran el fruto. Las sandías pesarán más de cinco kilos y comienzan a tentar para imaginar el peso. Luego un vendedor astuto dice: “No pos mejor véndeles esa’, señalando la escultura monumental de una sandía que se colocó en medio del bulevar durante la administración pasada.

En medio de risas por las fotos, dicen que luego se harán famosos y les pedirán hacer una telenovela.

“Nosotros nos ponemos desde las siete de la mañana y va más o menos, sí sale para chivear, esta troca con este montoncito es para estar vendiendo de una, y también tenemos esa (una camioneta a un lado) para si quieren un viaje más grande, esas son 3 toneladas y media, la trajimos de aquí de La Cueva, nosotros somos productores”.

Los apoyos para el campo aseguran que no llegaron, entonces las cuentas por pagar están esperando porque nomás la semilla se vendió este año a 10 mil pesos la libra y cada quien tuvo que comprar. De pronto a un vendedor se le cae una sandía justo en el pie de quien escribe, y apunta: “Uy ya le ando machucando un callo a la reportera, vamos a tener que pagar incapacidad… no, Milenio paga”.

Los vendedores tienen buen nivel de charla y preguntan dónde saldrán, Jorge Omar Ávila dice orgulloso su nombre, pero su camarada dice que no, que en el anonimato se encuentra a gusto.

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