Durante la temporada decembrina, por la emotividad de las festividades, suele ser intrincada para las personas que pasan momentos complicados en materia de salud mental. Los especialistas en la materia hablan de que puede ser un área de oportunidad para concluir duelos, cuando no se han resuelto, y la ausencia se agudiza.
También con un poco de ingenio se puede mejorar de manera importante la relación entre los miembros de la familia por medio de dinámicas que ayuden a integrar a cada uno de quienes las componen.
Los especialistas coinciden en que también es bueno reconocer el malestar emocional o de salud mental por el que se atraviesa, para trabajarlo, y no importa que sea en la temporada decembrina, incluso que, con el apoyo necesario, sería benéfico.
Pero de la misma manera, si se mantiene una distancia consciente, en el momento que se requiere es de ayuda, porque la persona lo decide, y no es parte de algún padecimiento que lo obliga a alejarse por los mismos problemas inherentes a la depresión u otra afección.
Para la mayor parte de los entrevistados, la época decembrina no implica que haya un incremento en las cifras de personas que deciden quitarse la vida, pero sí genera trastornos afectivos en el momento que no se atienden de la manera adecuada; además, cuando se integran a la ayuda de las personas los familiares, hay buenos resultados en la atención de los malestares.
Sostuvieron las entrevistadas, que, por el invierno, también puede haber algunos síntomas que son temporales, principalmente porque son menos horas de sol las que se registran.
Para Ana Suriam Bayona, psiquiatra, sostuvo que la Navidad como el Año Nuevo no es la época en la que suceden más suicidios; es una temporada en la que se generan trastornos afectivos por el consumo de sustancias.
“La temporada invernal, que son fechas festivas, navideñas y de año nuevo. Si bien no es la fecha en que más suicidios suceden en el año, suele ser en los meses cálidos, si hay una susceptibilidad para trastornos afectivos y consumo de sustancias”.
Sostuvo que una de las formas en las que se puede evitar es teniendo la conciencia de que se pueden llegar a presentar, dado que existe la depresión estacional con la disminución de la luz solar.
“Hay que tener en cuenta que hay factores de riesgo para estas fechas. Por ejemplo, puede haber algo que es la depresión estacional; es por la disminución de luz solar, impacta en los trastornos de ánimo. Pero también está en disposición. Aunado a esto, es una temporada de muchas reuniones sociales. Y esta presión social se puede extender a ciertas tradiciones, o ciertas convivencias para las personas que pueden ser un poco forzadas; esto condiciona un nivel mayor de ansiedad, de tristeza por los duelos, las pérdidas y genera trastornos emocionales”.
Por su parte, Pamela Morán, también psiquiatra, sostuvo que el reconocerse en esta temporada como susceptible a algún malestar emocional, y hablarlo con la familia para que se pueda abordar durante las festividades, ayudará a mejorar el entorno de manera significativa. Incluso que se pueden generar dinámicas en las que todos los integrantes puedan participar.
“Aceptar que estamos pasando un momento difícil, un duelo, aceptar que van a ser días difíciles, aceptar que va a ser la primera Navidad, la primera festividad sin tu pareja, sin la persona que amas, sin tu hijo, hija. Aceptarlo quiere decir que me voy a preparar para ese día, para las preguntas, a lo mejor en las posadas”.
También sostuvo que se pueden delegar responsabilidades para quienes llevan una carga importante en la organización de los festejos.
“Es como darme permiso de no siempre ser la que va a tener la fiesta. No cumplir lo que espera de mí siempre, sino yo lo que necesito en esta fecha, descansar, si en esta fecha necesito estar tranquilo. Y sí, en esta fecha organizaba las fiestas, porque hay familias donde la abuelita o la mamá es la que une, pero en ese momento esa persona está sufriendo. Entonces también aprender a delegar, decir ‘en este momento no soy capaz de poder tomar tanta responsabilidad. Empezar a aprender que otras personas hagan las cosas por mí. Comunicarnos es otro tema que es complicado, pero juntar a la familia y hablarlo”.
Sostuvo que desde días de antelación hay personas que no se encuentran en su mejor momento, sufren por la aproximación de las festividades; el malestar va en incremento de manera sustancial. Incluso, cuando las personas piden que mejore su condición, es una presión adicional para el individuo, con lo que se puede agravar su estado emocional.
“Las épocas navideñas, por más que sean para muchas personas muy positivas, de regalos, son fiestas; para otras personas es sufrimiento, se va sufriendo el que se acerque la fecha, va como teniendo la anticipación, y más si a lo mejor estamos viviendo un duelo, una relación, pero también puede ser la pérdida de un trabajo, diferentes aspectos que no coinciden con esta festividad. Escuchamos música, vemos en los centros comerciales adornos. Y a la persona le genera conflicto, fastidio, y también empieza a tener una contradicción emocional. Yo debería de sentirme feliz, pero no puedo. ‘Voy a arruinar la Navidad porque yo no estoy bien’. Luego viene la presión: ‘tú deberías estar bien’; ‘necesitas echarle ganas’, ‘deberías estar bien para esta temporada’. Entonces, la sociedad, tratando de apoyar, puede presionar a la persona que está sufriendo”.
Otro de los puntos mencionados por la entrevistada fue en el sentido de que uno puede llevar la administración del duelo de manera consciente, para en momentos atender los temas familiares.
“No nada más es aislarme, es protegerme, que tengo que llevármela más tranquila. Que ese día va a ser muy doloroso y muy difícil; miles de recuerdos van a estar apareciendo. Tal vez como olores, con conductas, que ni cuenta me doy que estaban ahí, que estaban conectadas con esa rutina, con ese ritual que tenemos en familia. Y darme la oportunidad de conectarme con el dolor, para luego desconectarme. Es bien importante conectarme con el dolor cuando estoy viviendo un duelo para desconectarme más tarde.”
En este sentido, Joana Martínez, psicóloga, también vive el tiempo de la expectativa social, dado que es tiempo en el que se reúnen las familias que se encuentran alejadas.
“La época decembrina es una temporada de mucha intensidad emocional; en ella hacemos balances personales, encuentros familiares, incluso la presión social y expectativas de felicidad. Para vivirla de una manera más saludable, recomiendo los siguientes pasos. Uno, y muy importante, validar nuestras emociones; no tenemos la obligación de siempre estar bien. Pensamos que vamos a arruinar la Navidad, una posada, una fiesta, una reunión, por la simple obligación de sentirnos bien. También está bien el permitirnos tener tristeza, o cansancio o nostalgia; es parte de nuestro autocuidado emocional”.
En segundo lugar, la entrevistada comentó que se deben poner límites, es decir, negarse a hacer gastos excesivos. O compromisos que nos desbordan o que afectan nuestra salud mental; es un acto de protección personal, se vale negarse a un intercambio, a un regalo que realmente no nos alcanza.
“Tenemos que priorizarnos y no por quedar bien o por alguna cuestión ir a una reunión de estas”.
Un tercer punto es el llevar rutinas básicas, dormir bien, hacer ejercicio y una alimentación con normalidad. “Porque tengo cinco posadas, no dormimos de una manera correcta. Inclusive, alimentarnos. Tengo una posada en la noche y no voy a alimentarme porque en la posada es mi comida fuerte. Hay que hacer nuestra rutina, tratar de comer bien”.
Por su parte, Gabriela Vázquez Chacón, legisladora del Partido Acción Nacional por Durango, sostuvo que durante la temporada invernal no se registra un incremento en la cifra de suicidios como en otras épocas del año; sí es necesario que se puedan aplicar campañas para concientizar sobre una forma más llevadera de los malestares emocionales.
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