Este martes 12 de noviembre, el regreso a clases se convirtió en una experiencia perturbadora para los estudiantes de la Facultad de Agronomía de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS).
Al retornar a sus actividades académicas, encontraron el campus marcado por las huellas de la violencia que afectó la región en los últimos meses.
Las imágenes, que rápidamente se viralizaron en redes sociales, muestran pasillos y aulas con ventanas perforadas por balas y paredes que aún conservan los impactos de proyectiles.
En el suelo, casquillos vacíos narran la historia de un enfrentamiento reciente, mientras los estudiantes, sorprendidos y con una mezcla de temor y resignación, documentan el estado de las instalaciones.
El campus permaneció vacío durante semanas, con las clases trasladadas a plataformas en línea debido a la escalada de violencia en la zona desde el 9 de septiembre.
Al regresar, el miedo de los estudiantes no era infundado: la inseguridad ha golpeado severamente a las comunidades rurales cercanas, dejando a estudiantes y académicos en un estado constante de alerta.
Hasta el momento, no existen detalles oficiales sobre si la Facultad fue objetivo de un ataque directo o si los daños son consecuencia de los intensos enfrentamientos entre grupos delictivos que operan en el área.
La ubicación de la Facultad, en el kilómetro 17 de la carretera Culiacán-Eldorado, fue escenario recurrente de estos episodios de violencia, en una región que parece no encontrar descanso.
MO