El asesinato de un médico pasante que estaba por concluir su servicio social en la comunidad de El Salto en Pueblo Nuevo, Durango, detonó una serie de manifestaciones del gremio médico y estudiantil para resonar a las autoridades las condiciones de inseguridad y falta de herramientas para llevar a cabo su labor.
Durante el programa En Directo, con Marcela Moreno y David de la Garza, la estudiante de medicina de la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED), Sofía Peña, está a punto de iniciar su servicio social a más de tres horas de su hogar y compartió que siente miedo e incertidumbre por lo que le depara, ya que las referencias que ha tenido de sus colegas no son alentadoras y eso debe cambiar.
“Nos duele porque sabemos todo el esfuerzo que esto conlleva la carrera de medicina. Nos llena de tristeza enterarnos de noticias como esas. La violencia alcanza a la población en general, pero nosotros somos una parte muy vulnerable cuando hacemos el servicio social”, comentó la joven en entrevista vía telefónica.
¿Cómo se determina la plaza para el servicio social?
Explicó que la distribución de plazas para los estudiantes que han concluido los cinco años de estudio en la facultad y un año de internamiento en un hospital, está dividida en tipo A, B, y C, donde la tipo A ofrece plazas en la misma ciudad, la B en zonas ejidales y las tipo C en sectores rurales alejados.
“El proceso de selección para elegir la plaza del servicio social se da por promedio. Lamentablemente las plazas que se tienen en el estado de Durango son del tipo C, las cuales están en zonas muy marginadas y sin las condiciones adecuadas para vivir dignamente ahí, muchas no tienen luz ni agua, en algunas comunidades no hay señal para el teléfono”.
Entre las cosas que exigen a las autoridades educativas, de salud y de gobierno, modificar o eliminar el sistema del servicio social mediante la norma oficial mexicana que lo regula.
Aceptó que aunque siente algo de miedo desde el inicio de su carrera por llegar a la etapa del servicio social, al igual que sus demás colegas, es mayor su pasión y vocación para concretar sus estudios de medicina.
“Desde un inicio tenemos cierto temor de llegar a este escalón de la carrera con el servicio social por todas las historias que ya conocemos, sin embargo, tenemos esa pequeña ilusión de que las cosas puedan cambiar. Abandonar la carrera es una pregunta que me he hecho pero estoy muy enamorada de la medicina y eso hace que yo permanezca. Son muchos años de esfuerzo y cada vez quiero seguir mejorando para brindar un mejor servicio”, añadió la estudiante.
Sgg.