La mayoría de los un millón 600 mil menores de edad que habitan el estado de Puebla enfrentan problemas como rezago educativo, incertidumbre y diferentes tipos de violencia en medio de la reactivación y luego de cumplir la primera semana con clases presenciales en más de 12 mil planteles.
Dulce María Pérez Torres, investigadora de la Facultad de Psicología de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), lamentó que las condiciones que aquejan a la entidad y, en general, al país, son poco alentadoras y favorecedoras para el desarrollo integral de los menores.
“A raíz de la pandemia, se agudizaron las problemáticas referentes a la vida del niño, su situación de satisfacción, el trabajo, la deserción escolar y la violencia, entre otras cosas que viven los infantes”, explicó.
La especialista en sociología y en psicología de la universidad poblana comentó que, actualmente, más de 30 por ciento de la población es menor de edad y poco más de la mitad de ellos viven en hogares que están enfrentando pobreza laboral, es decir, a pesar de destinar todos los recursos, no alcanza para comprar los alimentos de la canasta básica.
De forma adicional, la investigadora destacó que gran parte de las familias requieren de apoyo para poder solventar las necesidades emocionales, educativas y materiales de los menores de edad.
Actualmente, en estados como Puebla se presenta la sindemia o sinergia de epidemias en un mismo tiempo y lugar, es decir, los problemas sanitarios, económicos y sociales, lo que agudizó las problemáticas que les aquejan, como son la pobreza, el trabajo infantil, la deserción escolar, la violencia al interior de las familias.
“Hasta antes de la emergencia sanitaria, siete de cada 10 niños y niñas no lograban satisfacer totalmente sus derechos, como educación, alimentación y salud. Podemos observar que caminar en este proceso de sindemia, está generando que los niños y niñas se encuentren en una situación vulnerable y poco favorecedora para ellos y al mismo tiempo, con pocas esperanzas para muchos de los infantes que viven en este país”, explicó la investigadora.
AFM