Pingüinos y la experiencia Antártida del Zoológico Guadalajara

Pingüinos habitan en el parque tapatío, donde cuentan con un espacio diseñado para que se sientan en casa y reciben la visita de miles de personas.

Los pingüinos adelaida fueron llamados así en honor a la esposa del explorador francés Dumont D’Urville que los descubrió en la Antártida en 1830.
Martha Calvillo
Guadalajara /

En el espacio Antártida, el Reino de los Pingüinos en el Zoológico Guadalajara, miles de personas se han llevado una grata sorpresa y es que 20 simpáticos pingüinos, se han robado el corazón de los visitantes.

En un principio fueron 12 los pingüinos en edad de reproducción que llegaron al Zoológico Guadalajara en el 2015, desde entonces se han vuelto una sensación en el recinto y es que su hábitat está totalmente estructurado para vivir una experiencia en la Antártida ya que estos peculiares animales requieren de una serie de cuidados especiales, pues a pesar de que son procedentes del Zoológico Wuakayama Adventures World de Japón, se trata de una especie que junto con los pingüinos Emperador y Gentoo, son los únicos que son considerados antárticos.


Los cuidados

Al ser una especie originaria de la Antártida, en primera instancia en el zoológico se adecuó el hábitat; consiste en un espacio adaptado con una temperatura ambiental de 2ºC dentro del albergue y de 4ºC a 6ºC la temperatura del agua, además la superficie es una maya plástica cubierta de una capa de hielo fino que amortigua sus pasos y saltos, para que sus patas no se lastimen, para ello se diseñó una máquina especial que hace nieve artificial.

El albergue también cuenta con una serie de lámparas que son manipuladas por los encargados para controlar los ciclos de luz y que de ese modo se sientan como en casa y sepan en que época del año se encuentran.

Personal

Desde que se formuló la idea de traer pingüinos al zoológico, también se pensó en un equipo que estaría a cargo de ellos, siendo el médico Luis Soto el encargado del área, además se encuentra Fernanda Ortiz, veterinaria que estaba al cuidado de las guacamayas, y los biólogos Fátima Bravo y Miguel Mercado quienes se desempeñaban en el acuario.

Los cuatro fueron capacitados e instruidos por los cuidadores de los pingüinos en Japón, para que fueran resueltas las dudas y los cuidados fueran más fáciles, además con su experiencia en otras áreas (aves y acuario) se complementaron como equipo.

“Fátima trabajaba en el acuario, Miguel también y yo con aves, entonces ahí más o menos ya sabíamos algo cada quien.  Simplemente es la rutina diaria, nos preparamos antes, leímos de ellos para aprender lo básico, las personas que los trajeron estuvieron una semana con ellos y era ver toda la rutina, desde aprender a seleccionar cual es un buen pescado o no, conocer cuántas vitaminas le aportaban y nos dijeron cosas que teníamos que seguir y saber”, detalló Fernanda Ortiz.

Sin duda el cambio tanto en ellos como en los pingüinos representó un nuevo proceso de adaptación.

“Al principio si tardaron un poco de tiempo en agarrar confianza con nosotros, porque no nos conocían pero pasaron su tiempo en cuarentena muy bien, vinieron acá y les gustó todavía más, están nadando muchísimo tiempo lo cual es bueno para ellos.Ya tenemos como cinco meses con ellos entonces pues ya sabemos cómo come cada quien y cuando algo no sea normal”, explicó la veterinaria

La rutina

Seis días a la semana Fernanda y Fátima llegan a la Antártida a las 7:00 de la mañana, se ponen sus sudaderas pues a pesar de estar fuera del albergue se mantiene baja la temperatura. De ahí proceden a monitorear las luces y el cuarto de cámaras para checar que todo se encuentre correcto.

Posteriormente proceden a sacar el pescado que es importado de Canadá del congelador y descongelarlo pues la primera comida de los pingüinos es a las 8:00.

Alimentación

La alimentación de los pingüinos es muy estricta y requiere de horarios específicos, su dieta consiste principalmente en pescado capelin, krill, calamar y arenque, este último el favorito y el cual debe ser fileteado para que pueda ser mejor digerido.

“Se descongela el capelin, arenque, el krill que es como un camaroncito, son peces de aguas frías o sea que no están aquí en nuestras costas por lo que se tienen que importar, se tiene que buscar un buen proveedor que no vaya a venir contaminado porque esto va directamente a los pingüinos, y si está contaminado o mal congelado les puede hacer algún mal”, mencionó Fernanda

Las porciones de alimento varían según la temporada del año, así como por las horas del día, normalmente consumen hasta un kilo de comida por pingüino, y son alimentados cada dos horas y media.

“Ellos comen lo que necesitan porque ellos solos se regulan, ellos saben con la misma luz que tienen cuándo es tiempo de comer mucho, cuándo es tiempo de comer menos y saben cuándo ya es tiempo de comer normal.

“Ahorita están en un consumo normal, están comiendo entre 700 gramos y un kilo cada uno, depende de lo que ellos quieran, cada vez que entramos, entramos de libre acceso para aquellos que ellos coman lo que necesitan”.

Una vez fileteado y pesado el alimento, las cuidadoras disponen a entrar al albergue, para ello se visten con un traje especial el cual consiste en un pantalón y chamarra térmicos, guantes de látex y botas de suela gruesa, todo esto con el fin de que puedan soportar la temperatura de 2ºC.

Antes de ingresar al área tienen que pasar su calzado por un tapete con agua de manera que quede limpio pues así evitan que contaminantes entren al hábitat.

Una vez dentro, hablan con los pingüinos para que exista una mayor confianza y se acerquen a comer, del mismo modo los observan y así pueden detectar cualquier anomalía.

“Son animales muy sociales, no sabemos todavía si entiendan, pero siempre que les damos de comer les decimos –‘muy bien fulanito’-, ‘muy bien zutanito’-, nos gustaría pensar que ya nos reconocen”.

Constantemente tienen que hacer monitoreo a través del cuarto de control y cámaras de vigilancia, ahí se cercioran de que la temperatura del ambiente y del agua se la correcta y de que las luces estén en el nivel adecuado.

“Estamos al pendiente de todo, que la temperatura no se vaya a subir, que este todo bien con las máquinas de luces, el agua, tenemos unos sistemas de cámaras y también podemos asomarnos”.

Esa es la rutina que siguen hasta las 19:00 horas cuando son relevadas por sus compañeros quienes realizan las mismas actividades por el mismo periodo de tiempo de tal manera que los pingüinos sean supervisados las 24 horas del día.

Los cambios de temperatura, así como las largas jornadas de trabajo no representan alguna molestia en las cuidadoras pues se sienten muy afortunadas de trabajar y convivir con estos simpáticos animales.

“Pingüinos en México, si te pones a pensar sólo en Veracruz y en Imbursa y ahora aquí, entonces, tener la oportunidad de ser una de las 15 personas que trabajan con pingüinos, pues es algo que no te puedes perder, es una especie nueva de la que puedes aprender mucho de la que estamos conociendo todos los días, entonces por eso si dijimos va, no importa que este frio, no importan las enfermedades”, comentó Fernanda.

En México, actualmente sólo el Acuario Veracruz e Imbursa exhiben pingüinos de la especie subtropical Humboldt y antártico Gentoo respectivamente, por lo que el Zoológico Guadalajara, es el único a nivel nacional en exhibir a los pingüinos Adelia.

Datos Antártida

*Cada pingüino tiene en una aleta, un anillo que contiene un chip con sus datos de identidad: nombre, género, peso y edad.

*Los pingüinos se encuentran en edad reproductiva, el más pequeño tiene tres años y el más grande tiene 7, y ya se están formando las parejas.

 *Llegaron al Zoológico el 14 de abril del 2015 y fueron exhibidos hasta el 18 de julio.



​MC