Héctor Barragán es un técnico embalsamador en Torreón, quien cuenta con su negocio de estética post-mortem e inhumaciones con más de 12 años de experiencia.
Explicó que el procedimiento es por pasos. El primero es recibir y verifican el certificado de defunción. Durante la pandemia llevaron a cabo procesos de identificación de SARS-COV 2 para que los técnicos especializados tomaran precauciones.
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Después proceden a tomar las complexiones físicas del difunto para el proceso de limpieza. Utilizan fluidos con base de formalina adicionando hasta 24 compuestos o químicos diferentes para erradicar bacterias, virus y hongos.
Terminado el proceso interno, retocan el cuerpo con maquillaje especial y los visten dependiendo las solicitudes de la funeraria, además de lo que digan los familiares.
Los colores que usan para maquillar son lo más parecidos a los tonos de piel que tiene el ser humano, también existen casos en donde tienen que cortar las uñas o barba por la desatención de familiares.
Están en la mejor disposición para orientar a las personas en una situación tan delicada como esta, además, acercándose la fecha del día de muertos, ironizó sobre como el mexicano tiene una conexión sin querer con la muerte.
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