Niño trasladado a Texas, con pronóstico favorable: Michou y Mau

La presidenta de la fundación informó que los otros dos menores trasladados a Galveston tras la explosión de un ducto de Pemex en Tlahuelilpan, Hidalgo, se encuentran en estado crítico, pero estable.

El menor fue trasladado ayer en un helicóptero de la SSC al hangar de la Marina y posteriormente a EU.
Blanca Valadez
Ciudad de México /

La presidenta de la Fundación Michou y Mau, Virginia Sendel, informó que Francisco, el niño de 12 años, trasladado ayer del Centro Médico 20 de Noviembre al Hospital Shriners en Galveston, Texas, será intervenido entre hoy y mañana, con un pronóstico hasta ahora favorable, en tanto que Alan Josette Hernández, de 15, y Emmanuel Mendoza, de 17, son reportados en estado crítico pero estable, pues “están un poco recuperados”.

Sendel explicó que Francisco presenta, en realidad, 70 por ciento de quemaduras en la superficial corporal, “el pronóstico es bueno, no están en tanto riesgo como los otros” aunque será cuando lo intervengan quirúrgicamente, cuando se tenga con precisión su estado de salud, si las quemaduras fueron de segundo y tercer grado, “el quemado se va para arriba muy rápido y también se puede ir para abajo muy rápido”.

En entrevista con MILENIO, Sendel descartó que la Fundación Michou y Mau, vaya a enviar a otro menor de edad, debido a la saturación, “llevamos 2 mil 200 niños trasladados a Galveston a lo largo de dos décadas. En promedio trasladamos 8 niños al mes por diversas causas”, detalló.

En Galveston participa un equipo multidisciplinario, cuentan con especialistas en cirugía reconstructiva y plástica, con expertos que se dedican a los riñones, a los pulmones, específicamente, con enfermeras capacitadas para limpieza, evitar infecciones, e intervención inmediata, además cuentan con un banco de piel y de sangre.

La posibilidad de vida y recuperación de un menor, aclaró, depende “de qué tan pronto se le atendió” y qué tan lastimado se encuentra a causa de las quemaduras.

En Galveston, Texas, existe todo un protocolo en el que, por lo menos, tres meses los atienden, agregó.

En ese periodo se les efectúan diversas cirugías dependiendo de su evolución, básicamente se elimina las áreas quemadas, y se les hacen injertos de piel que se van cambiando porque les quedan cortos en la medida que van creciendo.

Pero los menores deberán usar trajes de comprensión a su medida, una vez que salen del hospital, para evitar que las cicatrices se vuelvan queloides.

“Y ese traje está graduado a una presión mercurio para que no pare la circulación pero apriete el tejido. Normalmente lo deben de usar un año, dependiendo de las cicatrices que tengan, sólo se quita para bañarse y comer. De eso depende que su recuperación estética sea mejor”, dijo.

Por lo regular, aclaró, cuando salen del hospital de Galveston, regresan a su lugar de origen con medicamentos y después regresan, bajo el patrocinio de Michou y Mau, para efectuar ese cambio de injertos de piel” y las secuelas con las que se quedarán dependerá de las áreas afectadas, que puede ir desde la cara hasta perdida de alguna extremidad. 

“En Galveston, según sus documentos, un niño con 50 por ciento de superficie corporal quemada tiene un costo de 500 mil dólares desde el día que entra hasta que cumple la mayoría de edad; un niño con  90 por ciento de superficie corporal tiene un costo de 1 millón de dólares desde que entra hasta que termina su tratamiento, o cumple la mayoría de edad. Es mucho dinero, el tratamiento del niño quemado es muy caro, es el más caro entre los pacientes, también es el que más sufre en todos los sentidos, emocional, físico y psicológico”, dijo.

Un niño atendido en México, en la Unidad Médica Atención a Niños con Quemaduras, del Hospital General “Nicolás San Juan”, de Toluca, a cargo de la Fundación Michou y Mau, tiene costo de 3 millones de pesos mensual, cuando tiene quemaduras en el 40 por ciento del cuerpo. “No entiendo porque no enviaron a los niños desde el principio ahí, si es tan maravillosa”.

Alan Josette Hernández Reyes, de 15 años, fue traslado del Hospital de Alta Especialidad de Zumpango, del ISSSTE y Emmanuel Mendoza Escamilla, de 17 años, estaba en el Hospital General de Tulancingo, Pachuca, “obviamente ahí no tienen mucha experiencia en el manejo, lo estabilizamos para trasladarlo”. 

En México, aclaró, se cuenta con una alta incidencia de niños quemados y, lo lamentable, aseguró, se carecen de campañas de prevención para que los tutores, padres de familia, cuiden y protejan a los niños. 

También se carece de hospitales y centros de quemados especializados, fuera de los hospitales de Lomas Verdes y Magdalena de las Salinas, ni hay unidades capaces de atender a los pacientes y la que existe, el Centro de Quemados del Instituto Nacional de Rehabilitación, donde apenas se trasladaron heridos, es de tercer nivel y los costos salen del presupuesto de cualquier persona.

nerc

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