Refugio de pandilleros, indigentes y hasta hogar para decenas de familias es en lo que se ha convertido el antiguo penal Ignacio Allende del puerto de Veracruz.
El inmueble, que fue vaciado y cerrado por el gobierno del estado durante la administración de Fidel Herrera Beltrán para convertirlo en set cinematográfico para la película Atrapen al gringo de Mel Gibson, se ha colapsado en varios puntos.
Actualmente pisos, techos y paredes del inmueble son también refugio de maleantes y adictos que han agredido a padres de familia del jardín de niños Elena Martínez Cabañas, ubicado a un costado, quienes piden mayor vigilancia.
Piolín y su pandilla afirman que no molestan a nadie, pero se dedican a demoler paredes y castillos a marrazos para extraer el metal oxidado y venderlo.