Familias, indigentes y pandillas invaden penal veracruzano

La prisión fue desalojada y utilizada como set para la película de Mel Gibson Atrapen al gringo durante el gobierno de Fidel Herrera; luego de la filmación quedó en el abandono y ahora sirve de refugio para decenas de personas.

Indigentes y chatarreros viven en el penal abandonado. (Isabel Zamudio)
Isabel Zamudio
Ciudad de México /

Refugio de pandilleros, indigentes y hasta hogar para decenas de familias es en lo que se ha convertido el antiguo penal Ignacio Allende del puerto de Veracruz. 

El inmueble, que fue vaciado y cerrado por el gobierno del estado durante la administración de Fidel Herrera Beltrán para convertirlo en set cinematográfico para la película Atrapen al gringo de Mel Gibson, se ha colapsado en varios puntos. 

A fines de 2009 el entonces gobernador Fidel Herrera ordenó la reubicación de 960 reos de ese penal, argumentando que se trató de “evitar una masacre”, negó que lo hiciera para que lo ocuparan para la película del actor y productor australiano. Sin embargo, el penal no fue repoblado y poco a poco fue invadido. 

Actualmente pisos, techos y paredes del inmueble son también refugio de maleantes y adictos que han agredido a padres de familia del jardín de niños Elena Martínez Cabañas, ubicado a un costado, quienes piden mayor vigilancia. 

Allí vive una pareja de chatarreros integrada por José Carmen Santos, de 57 años, e Isabel Castro de 46, quienes improvisan su comedor sobre una cubeta y una tabla, y las sábanas y cobertores son paredes para separar la cocina de sala y la recámara. 

Piolín y su pandilla afirman que no molestan a nadie, pero se dedican a demoler paredes y castillos a marrazos para extraer el metal oxidado y venderlo.

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