La joven ingeniera petrolera de 27 años, Andrea Aguilar Jara, lleva más de un año en el penal Deport Ostión de Coatzacoalcos, acusada de haber cometido el feminicidio de su mejor amiga, Silvia Jazmín Armendáriz Alpuche, cometido el 17 de agosto de 2019 en los límites de Minatitlán y Cosoleacaque.
Sin embargo, su familia asegura que su único delito fue negarse a declarar en falsedad, algo que no le consta, en contra Aldo Adán 'N', ex pareja sentimental de la víctima, preso por el mismo delito.
Desde que ocurrió el feminicidio, Andrea, ahora detenida, encabezó una lucha para que se hiciera justicia a su mejor amiga; aportó el mensaje de audio que la víctima le mandó, pidiéndole que, si algo le sucedía, se lo entregara a su familia, pues habría sido Aldo; colaboró en todo con las autoridades y los familiares de Silvia Jazmín, quienes en mensajes de audio y WhatsApp, le agradecieron en múltiples ocasiones sus acciones para que se hiciera justicia.
Pero al negarse a ser testigo protegido y declarar, falsamente, que le constaba que Aldo 'N' era el asesino, la acusaron de complicidad. No admitieron el testimonio y datos de geolocalización de que Andrea estaba cenando con dos personas en un restaurante muy distante de donde habría ocurrido el feminicidio.
Eduardo Ramos Carmona, abogado de Andrea señaló que la actuación de la Fiscalía y el juez del caso, han dejado mucho que desear.
“Siempre ha sido esa la tónica de este gobierno, al no dar resultados positivos y congruentes, al no tener elementos adecuados para poder hacer una investigación a conciencia, lo primero que hacen es buscar chivos expiatorios para poder justificar ante la sociedad su ineptitud”.
Recordó que la joven recluida en el CERESO de Coatzacoalcos apoyó en todo momento para que se integrara la carpeta de investigación.
“Andrea fue parte fundamental, pues ella proporcionó un audio que su amiga le había solicitado que si le llegase a pasar algo se lo entregara a sus padres y esos fue lo que Andrea hizo, incluso dejó bajo el resguardo de la fiscalía el teléfono en donde tenía guardado ese audio, ese mismo teléfono es el que nosotros utilizamos para extraer datos y checar su geolocalización; incluso la misma fiscalía solicitó esos datos a la empresa matriz del teléfono y también en esa búsqueda se advierte que Andrea no estuvo allí pero, la fiscalía insiste en que es culpable”.
Por su parte, la señora Lorena Jara Fonseca, mamá de Andrea lamentó que su hija sea víctima de venganzas y no de la búsqueda de justicia.
“Ella fue víctima de un corazón dolido, víctima de gente que no ha sabido canalizar su dolor, no ha sabido cómo salir delante de este problema, no quieren justicia, quieren venganza, gente que se aprovecharon de ella, de su bondad, de su apoyo incondicional, del cariño que les tenía, de la pérdida de su amiga, de eso se aprovecharon y por eso está donde está, porque ella es una joven honesta, con valores, que nunca va a faltar a lo que ella cree por darle la razón o gusto a la gente que no lo merece, no va a mentir. A ella la querían utilizar para conseguir, ellos quieren culpar a alguien, pero Andrea no va a culpar a nadie nada más por darle gusto o cumplan con su venganza las personas”.
El 3 de diciembre del 2020, a una semana de que venciera el plazo de la Fiscalía para investigar y demostrara la culpabilidad del novio “tóxico” que huyó y fue detenido el 16 de julio del 2020, la asesora jurídica y la familia Armendáriz Alpuche, decidieron culparla y presionarla con la cárcel para que acusara al ex novio y no saliera libre.
Hoy, su caso ha llegado a la Comisión Especial del Senado de la República para investigar supuestos abusos de autoridad cometidos por el gobierno de Cuitláhuac García Jiménez en Veracruz.
Eduardo Ramos espera que la comisión que se acaba de constituir en el Senado tome participación y vaya a analizar a Coatzacoalcos ese asunto en específico, porque Andrea es inocente, dice, y se ha utilizado el aparato de poder del estado para fincarle una responsabilidad que ella no cometió.
La vida de Andrea paró cuando fue encarcelaba; sus planes de casarse ese año están en pausa, su novio no la abandona y cada domingo, al igual que su familia y amigos, acude al reclusorio a visitarla, porque sabe que es inocente y espera se le haga justicia.
Olga Patricia Jara Fonseca, tía de Andrea expresó que la injusticia que sufre su sobrina duele a todos.
“Parte de nuestros corazones, de toda la familia y parte de nosotros estamos allí encerrados con Andrea, porque lo que le hicieron a Andrea, fue la injusticia más grande que se pueda cometer, calumniando a una persona y más cuando Andrea apoyó en el momento de los hechos a la mamá de su amiga, inclusive su mamá en un video se lo agradeció…entonces para nosotros ha sido un golpe muy fuerte, tenemos la mitad de la vida allá dentro con Andrea, nos dieron un golpe muy bajo [...] porque todos sabemos y lo saben ellos, que Andrea es inocente”.
Dentro del penal, Andrea sigue siendo la chica altruista interesada en ayudar a los demás. Realiza con sus amigas y familia recolecta de ropa, calzado y artículos diversos para los internos a quienes sus familias han olvidado, o no cuentan con recursos para ellos.
La "güerita sonriente" como le llaman los demás reclusos, no pierde la esperanza de recuperar su libertad y el brillo en sus ojos oscuros lo dice todo.
Andrea ya no solo pide justicia para Silvia Jazmín, si amiga desde la guardería, sino también para ella misma, otra víctima de los abusos de autoridad y la incapacidad del sistema judicial de Veracruz, que mantiene a personas tras las rejas por más de 10 años sin dictarles sentencia, por delitos cuya penalidad no pasa de los 5 años.
dmr