Desde fruta hasta cigarros, vendedores aprovechan largas filas en vacunación en La Laguna

En el largo trayecto de la puerta de la UJED, en la calle Las Palmas hasta la punta de las filas que da vuelta a la calzada, los vendedores ofrecen todo tipo de productos.

Filas formadas para esperar la vacuna. (Rolando Riestra)
Luis Alatorre
Gómez Palacio, Durango. /

Las jornadas de vacunación anticovid se han vuelto una oportunidad de vida, de esperanza y prevención, pero también para algunos cuantos al ver estas largas filas la posibilidad de generar negocio desde la venta de agua embotellada, vasos de fruta, churros de azúcar, jugos, cigarros, hasta una pluma para llenar los formatos que piden en la puerta de acceso al módulo.

En el largo trayecto de la puerta de la Facultad de Ciencias de la Salud en Gómez Palacio de la UJED en la calle Las Palmas hasta la punta de las filas formadas para esperar la vacuna, que da vuelta a la calzada Héroes de Nacozari, una serie de vendedores rondan el tramo ofreciendo todo tipo de productos, desde dulces, chicles o cacahuates garapiñados, hasta yogurt con fruta, gorditas hasta agua embotellada y cigarros, nada que escape de la necesidad y del alcance del dinero de cada uno, todo para hacer más llevadero el largo momento de espera.

El escenario se vuelve una romería, pues se ve aderezado con los carros que llevan familiares a hacer fila como otros a recogerlos una vez que salen de los toldos donde son vacunados con el refuerzo, sobre todo cuando se trata de adultos mayores, pues pasan con sus autos o camionetas con el sonido a todo volumen oyendo desde rock, banda o

reggaeton, sin mediar el cansancio ni tampoco el dolor de cabeza que muchos de los que están en la fila ya presentan, pues muchos de ellos se fueron sólo con un café y galletas y el hambre ya hace se siente.

Vecinos de esta calle que conduce al acceso de la FACSA en la calle Las Palmas en la colonia Revolución no se quedan atrás y aprovechan a la venta de algunos productos como gorditas, café o pan, algo que sea suficiente para llevar al estómago y aguantar las dos o hasta tres horas de fila hasta llegar a la cabina. Al final todo es negocio y se agradece.

Incluso los vendedores se previenen y preguntan al reportero cuando se darán las otras jornadas de vacunación para los de 50 años y más, a fin de irse preparando para la siguiente etapa y adquirir los insumos que necesitan.

EGO

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